El de Paolo Guerrero podría convertirse en un caso emblemático para el derecho internacional, sostengo ello por el conjunto de derechos inherentes a nuestro compatriota que se estarían vulnerando, tras la sentencia condenatoria emitida.
Después de conocida la sanción al 9 de nuestra selección de fútbol, propongo una pregunta: ¿Una organización privada puede limitar los derechos constitucionales de un futbolista? ¿Puede el tribunal de derecho privado de la FIFA desconocer las normas internacionales relativas al trabajador y trabajo?
Sabemos de sobra que la FIFA es una transnacional del deporte, pero creo que esa asociación no puede imponer más sanciones de forma independiente lejos del derecho nacional, me refiero no solo a la legislación peruana, sino también a la de otros países, el ente rector del fútbol no puede más desconocer con sus procedimientos y resoluciones lo inherente al debido proceso o de los principios básicos del estado de derecho. ¿Quién otorgo poder y autonomía a la FIFA para ser en la práctica jurídica un estado independiente?
Creo que con lo acontecido con el capitán de la bicolor se presenta una oportunidad para limitar la extrema soberanía de ese organismo de derecho privado; o sea, de esa trasnacional. Creo que quizás una acción de amparo presentada en el Perú o en Suiza sería el mecanismo con el que se trate de garantizar los derechos del trabajador futbolístico y su inmediata incorporación hasta que por ley se establezca el debido proceso.
¿Cómo sería el escenario si ese recurso se interpone? Imaginemos por un momento entonces: Paolo Guerrero no va a jugar y la FIFA se negaría a reconocer y ejecutar la acción que se interpondría. Entonces, el no cumplimiento puede originar una acción penal contra el ente rector del fútbol con requisitorias y tal vez detenciones a nivel internacional. Quizás veamos a algunos dirigentes de esa asociación apresados por desacato y desembolsando una millonaria indemnización. Volviendo a la realidad, nada de eso va a pasar, Paolo se queda sin mundial y nosotros con un nudo en nuestras gargantas y corazón.
La FIFA es un país sin territorio, un gobierno de magnitud global, un estado por encima de otros estados, su realidad se encuentra más allá del mundo real. El poder de la FIFA es globalizado y avasallador.
De lo conocido sobre este caso, se deja entrever que Guerrero al menos fue negligente y cometió una falta no significativa; sin embargo, fue penalizado. ¿Y el principio del derecho a la presunción de inocencia garantizado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
José Briceño Abanto