Tuvieron que pasar cuarenta días para que el plantel de jugadores del club brasileño Internacional de Porto Alegre pueda volver a sus entrenamientos, luego de la paralización de los eventos deportivos causado por los contagios masivos de coronavirus en el mundo.
Cada miembro del equipo asistió vestido con el uniforme de entrenamiento en seis diferentes horarios. A medida que llegaban, tenían que dirigirse directamente al departamento médico del club. En este, se les realizaban protocolos de seguridad sanitaria. Se les tomó la temperatura y el nivel de saturación de oxígeno en la sangre.
Al termino de los chequeos médicos, cada deportista -incluido Paolo Guerrero– fueron directo al campo. Procedieron a desinfectarse las manos para comenzar con los trabajos físicos dispuestos por el comando técnico. Además, cada rutina era realizada bajo el distanciamiento social. Asimismo, luego de que cada integrante cogiera las pesas, estas eran desinfectadas.
Por otro lado, al término de la práctica ningún jugador estaba autorizado para ingresar a los vestuarios del club. Todos tenían que caminar al estacionamiento, subirse a sus autos y dirigirse a sus destinos.
S.H.C.