Ricardo Sánchez Serra
El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Javier Martínez-Acha Vásquez, fue recibido en Rabat por su homólogo marroquí, Nasser Bourita, en el marco de una visita oficial que refuerza la sintonía bilateral tras la histórica decisión panameña de suspender, en noviembre de 2024, todo vínculo con la seudoc»Rasd».
El encuentro concluyó con la firma de un Comunicado Conjunto que establece una hoja de ruta para la cooperación futura. Panamá reiteró su respaldo a la integridad territorial de Marruecos y calificó la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, presentada en 2007 ante la ONU, como “la base más seria, creíble y realista” para una solución definitiva. En declaraciones conjuntas, el canciller panameño fue aún más enfático: “esta iniciativa debería ser la única solución para el futuro”.
Martínez-Acha también entregó un mensaje escrito del presidente José Raúl Mulino al Rey Mohammed VI, reafirmando el compromiso de ambos Estados para consolidar una asociación estratégica. El soberano marroquí saludó la postura panameña como una decisión “sabia” y “de gran significado”, alineada con la legalidad internacional y la evolución del consenso global en torno al plan de autonomía.
La visita adquiere una relevancia especial: Panamá, primer país latinoamericano en reconocer a la seudo “Rasd” en 1978, se suma ahora al grupo mayoritario de naciones —más del 70 % de los Estados miembros de la ONU— que apoyan la soberanía marroquí sobre el Sáhara.
Además, el viaje del jefe de la diplomacia panameña se produce a semanas de que su país asuma un escaño no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En ese contexto, su posición podría tener un impacto concreto en los esfuerzos internacionales para una solución política, duradera y consensuada al diferendo regional.
Los ministros también abordaron iniciativas estratégicas como el Gasoducto Atlántico, el Puerto de Dakhla y la Iniciativa Atlántica impulsada por Marruecos, destacando su potencial para dinamizar la cooperación Sur-Sur y convertir el espacio atlántico en una plataforma de concertación y desarrollo sostenible.
La visita sella un nuevo capítulo en los vínculos entre Panamá y Marruecos, cimentado en valores compartidos, afinidad política y visión común sobre los desafíos globales.
