¿Otra segunda vuelta a la derecha?

Por: Johnny Montalvo

El gurú caviar Levitsky ha dicho que el crecimiento de Castillo hará que no pasen los dos candidatos de izquierda a la segunda vuelta en las elecciones del 11 de abril en Perú. Esto es un alivio para los sectores conservadores del Perú, pero no deberían sentirse tan seguros de que el futuro será mejor si no pasa la candidata de izquierda Verónica Mendoza a la segunda vuelta

Porque aunque ningún candidato de la izquierda pase a segunda vuelta, podrían salir “ganando” si logran hacer enfrentarse a los dos candidatos de derecha que si pasen, como lo lograron en el 2016 al polarizar a los dos máximos exponentes de la derecha en segunda vuelta: Keiko y PPK.

Tras la primera vuelta del 2016, muchos que defienden el “modelo” económico peruano, se sintieron entusiasmados porque eran dos opciones de derecha las que habían pasado a la segunda vuelta y no se tenían  todos los temores que había despertado Humala en el 2006 y 2011. Precisamente existía el precedente que en las elecciones del 2011,  PPK había pedido votar abiertamente por Keiko, para impedir el triunfo de la opción radical-“caviar”: Humala. No había nada que temer, el “modelo” quedaba asegurado por 5 años más. ¡Pero no fue así!

Keiko había obtenido mayoría absoluta en el Congreso y esto pudo haber posibilitado el diálogo entre ambos candidatos de la derecha, tomando en cuenta además que PPK había asesorado al gobierno de Alberto Fujimori en el tema de las privatizaciones. Las relaciones entre Keiko y PPK nunca fueron tan antagónicas como lo fueron en el quinquenio pasado, y todo gracias a que los caviares y parte de la izquierda se montaron sobre el equipo de campaña de PPK y todos ya conocen la historia de ese enfrentamiento insulso entre dos candidatos de la derecha peruana en la segunda vuelta del 2016.

La izquierda (con Verónica Mendoza a la cabeza y su discurso llamando a votar por PPK en quechua) y los caviares hicieron que la segunda vuelta del 2016 sea la más agresiva y repugnante de todos los tiempos con insultos e incentivo de pasiones y odios que nunca se pudieron detener a pesar que ambos candidatos, Keiko y PPK, eran de derecha, pro empresa y pro inversión. Se puede afirmar por esto que “estratégicamente” fue la izquierda quien ganó realmente en el 2016 y por eso han habido tantos ministros de izquierda y caviares (¡como nunca!) desde el 2016 hasta ahora! También se explica así el gran número de consultores caviares del gobierno desde el 2016. Asimismo, el “pensamiento único” de izquierda (pro aborto, pro LGTB, pro educación “de género”) se impuso durante estos cinco años logrando avances en sus “consignas” que ni un gobierno de izquierda hubiera podido alcanzar. La izquierda y los caviares, sin ganar una elección, se han convertido de “facto” en una costra que se ha sabido colocar encima de la pus de los malos gobiernos de esta última década.

Insisto que la izquierda puede perder ahora, pero podrá ganar si en la segunda vuelta hace que los dos candidatos de derecha que pasen, terminen odiándose como lo lograron hacer con Keiko y PPK en la campaña electoral anterior.

Si pasan dos candidatos de derecha a la segunda vuelta y se dejan manipular por la izquierda y los caviares terminarán odiándose como terminaron PPK y Keiko. Y esto implicará crisis de gobernabilidad durante cinco años más por culpa de la izquierda y los caviares, que solo basan toda su acción política en fomentar el odio al fujimorismo! Tener un “cuco” al que todos temen (o detestan) como es el fujimorismo, ha servido a la izquierda y a los caviares para imponerse como una falsa “reserva moral” del país.

Es tal el entramado construido por esa “cofradía”, que han logrado echar la culpa de todo lo que pasó en estos cinco años (2016-2021) al fuji-aprismo o a la mayoría congresal que nunca se portó a la altura de las circunstancias históricas. Cuando en realidad la mayor parte de la culpa de la crisis de gobernabilidad se debe a ellos mismos, por su énfasis en fomentar el odio, la persecución política y la división fratricida entre peruanos. La izquierda y los caviares han sabido utilizar con éxito ese viejo adagio romano: divide et impera.

Lo peor sería que ese grupo de gente que apoyó a Humala, PPK y Vizcarra siga imponiendo sus criterios a través de la “concentración de medios de prensa” (y sus blogueros y falsos influencers) a todo el país otros cinco años más si logran dividir como en el 2016 a los candidatos de derecha que pasen a la segunda vuelta. El panorama para el Perú sería sombrío si la izquierda logra imponerse así de todos modos.

Por todo lo expuesto hasta aquí, sería ideal que si pasaran dos candidatos de derecha a la segunda vuelta se firmara un “pacto de gobernabilidad”, con acuerdos mínimos para posibilitar los próximos cinco años de gobierno. Esto sería lo más patriótico y republicano.

Y por ejemplo si ganara cualquier candidato de derecha, debería tomar como suya la propuesta de Rafael López Aliaga, para que se le quite  la publicidad estatal a la prensa mermelera. ¡Esto es urgente! Con esta medida es muy probable que el enfrentamiento político decaiga y se abra un panorama menos antagónico en la política peruana. Lo que permitiría al próximo gobierno enfocarse en la lucha contra la pandemia y en hacer crecer la economía.

¡Todavía se puede ganar, a pesar de la izquierda y los caviares!

¡Viva la República!

¡Viva el Perú!