Extracto de la entrevista del vicecanciller ruso, jefe de la delegación en las conversaciones Rusia – EE. UU., Serguéi Riabkov, sobre garantías de seguridad.
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¿Su estimación de las negociaciones responde a lo que tenemos ahora?
Este es el caso cuando no me alegran los pronósticos cumplidos de que no vayan a tener lugar cosas inesperadas. El problema principal es que EE. UU. y sus aliados de la OTAN no están dispuestos, bajo ninguna modalidad ni razón, a dar un paso a favor de nuestras demandas claves de no ampliación de la OTAN, reducción de la infraestructura de la alianza y restitución de sus fronteras de 1997. Y, desde luego, sobre el tema que concierne a las garantías jurídicamente vinculantes de no instalación de sistemas correspondientes en la proximidad inmediata de nuestras fronteras… Eso es lo que tenemos. Pero con la reserva que yo no tengo conocimiento que pasó en la OSCE. Parece que allá todo es muy predecible.
¿Tiene sentido continuar la discusión y si se va a celebrar una nueva ronda de negociaciones Rusia–OTAN?
Yo siempre abogo por el diálogo. El diálogo es siempre mejor que la confrontación, mejor que el silencio, mejor que cualquier imitación, mejor que caer en y una trampa de posición. Es menester hablar, pero se puede hablar de manera diferente… Sobre los elementos claves de estos textos [de garantías] EE. UU. y sus aliados de hecho nos dicen un “no”, y donde dicen “sí vamos a continuar discutiendo”, por nuestra parte destacamos, que aunque estos temas son importantes y serios, son secundarios en comparación con la no expansión de la OTAN. Se trata, en cierta medida de un callejón sin salida o la diferencia en enfoque. No veo razones para volver a reunirse en los próximos días y empezar las mismas discusiones.
¿Podría caracterizar la reacción de sus contrapartes occidentales en una frase?
“Vamos a hablar, pero de lo que nos interesa a nosotros, o sea Occidente. No hemos dicho un “no”. Pero hablar bajo condiciones y de temas convenientes para Occidente no es una buena opción, ya que estamos interesados en lo contrario. Ya vemos que más adelante se van a aplicarse otras medidas, otros trucos respecto a los oponentes, si ellos no van a tomar en cuenta nuestras demandas y necesidades”.
¿Están estudiando la posibilidad de instalar infraestructura militar rusa fuera de Europa? Por ejemplo, en Venezuela o Cuba.
No quiero confirmar ni descartar nada. Depende de las acciones de los colegas estadounidenses. El presidente de Rusia ha hablado reiteradamente sobre qué medidas se puede tomar en relación a la Armada rusa si las cosas van completamente en la dirección de provocar a Rusia y fortalecer aún más la presión militar. No queremos esto, los diplomáticos deben llegar a un acuerdo.
En el Occidente dicen que el requerimiento de la no adhesión a la OTAN de las antiguas repúblicas de la URSS es el intento de Rusia de devolver su zona de influencia. ¿Cómo lo comentaría? Los estadounidenses, nuestras contrapartes occidentales, la OTAN quieren instalarse en el territorio postsoviético con la infraestructura militar. Nosotros queremos limpiar el territorio postsoviético de la infraestructura militar del Occidente, ya que no tenemos a dónde retroceder.
“odo en círculo de la OTAN está enteramente ligado a los intereses de esta misma alianza. Aquello que impide que la alianza se expanda, aumente su fuerza, se establezca geopolíticamente en una zona en la que nunca ha existido una alianza de este tipo. Todo esto es catalogado oficialmente como una fuerza hostil, como adversarios, se pone esto en doctrinas. Rusia ahora es el adversario principal de la OTAN por el simple hecho de que intenta defender sus intereses de una manera firme y coherente y abogar por su seguridad.
Nos dicen: ¿por qué tienen estos o aquellos contingentes por muchas partes, concentraron sus fuerzas militares? Permítanme, señores, pero este es nuestro territorio. ¿Y qué hacen las tropas estadounidenses, los aviones estadounidenses, los barcos estadounidenses a miles de kilómetros de sus bases? Dicen es una alianza, tiene una seguridad común. Pero la seguridad en el mundo de hoy no se puede brindar a expensas de la seguridad de los demás. Experimentamos una presión constante, militar, una presión deliberada, a menudo de la naturaleza provocadora”.
Usted decía que Rusia no tiene planes de invadir Ucrania, pero está dispuesta a responder a las provocaciones. ¿En qué casos se considera justificado el uso de la fuerza militar? Por ejemplo, en caso de una ofensiva del ejército ucraniano en la República Popular de Donetsk y la de Lugansk, en este caso ¿podría Rusia usar las tropas para imponer la paz?
Advertimos enérgicamente a Kiev y al Occidente. Ya que es un camino a ninguna parte. Las opciones pueden ser diferentes. Ya vimos lo que pasaba con el reclutamiento de los ucranianos en Belarús. A los dirigentes en Kiev les puede ocurrir cualquier cosa impensable. Hay que acabar con esto. Hay que hacer que Ucrania vuelva a cumplir los Acuerdos de Minsk, hay que darle la oportunidad a la diplomacia. Nosotros en la Cancillería estamos decididos a hacerlo.