Según voceros de la Organización Humanitaria de Derechos Humanos, un hombre de 60 años murió al recibir un balazo de un francotirador. Los manifestantes demandan la salida del jefe de Estado, Daniel Ortega, un ex guerrillero que está en el poder desde el año 2007
Los enfrentamientos entre los protestantes con los efectivos antimotines es lo que ha provocado que se incremente el número de fallecidos civiles. La revuelta es considerada la mayor crisis sociopolítica del país centroamericano. Las víctima perecieron entre la noche del viernes y a lo largo del sábado.
Al menos cinco personas mueren en protestas en Nicaragua, según voceros de la oposición. El Gobierno de Nicaragua confirma 15 muertos y 199 heridos en manifestaciones Ortega deroga la reforma que desató las protestas en Nicaragua Al menos 27 muertos en Nicaragua en protestas contra el Gobierno
El número de víctimas mortales por la peor crisis sociopolítica de las últimas tres décadas en el país centroamericano ha ascendido a 139, según ha informado hoy el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Nicaragua cumple hoy 54 días de la crisis sociopolítica más sangrienta desde los años ochenta, con Ortega también de presidente.
Las últimas víctimas, todas civiles, murieron entre la noche del viernes y ayer sábado por heridas de bala en las ciudades de Managua, Masaya y Jinotega, de acuerdo con la organización humanitaria.
Un informe preliminar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha señalado que en Nicaragua la Policía Nacional y las fuerzas «parapoliciales» del Gobierno posiblemente estén realizando «ejecuciones extrajudiciales», algo que el movimiento Amnistía Internacional ha clasificado como información confirmada.
Las organizaciones humanitarias y la población de Nicaragua están convencidas de que el Gobierno del presidente Daniel Ortega utiliza a francotiradores contra los manifestantes, lo que hasta ahora no ha sido confirmado más que con fotografías que circulan en las redes sociales.
Las protestas contra Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.