Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo.
Periodista: Reg.N°-4654-
Definitivamente, sin duda, este gobierno de sucesión constitucional Dina Boluarte Zegarra, carece de un plan general y evidentemente planes para los diferentes sectores. Irrefutablemente las importantes limitaciones del Ejecutivo, ya debemos tolerar y resignarnos a que el gobierno no fomenta las reformas estructurales necesarias. Al menos se le debe de exhortar que adopte las decisiones de corto plazo. Y este es el caso de la -definición- de si le entrega o no el monopolio de la distribución eléctrica limeña al control del “Partido Comunista Chino”.
Teniendo en cuenta que ya los plazos establecidos para la evaluación técnica del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual, Indecopi, han vencido. Inclusive, en una entrevista en Gestión en diciembre pasado, la presidente de Indecopi, Karin Cáceres Durango, manifestó que la evaluación concluiría en enero del 2024. La que en su primera etapa identificó efectos restrictivos a la competencia en la compra de Enel por China Southern Power. En todo caso si el objetivo es fortalecer la política de competencia promoviendo la eficacia económica para el bienestar de los consumidores, ese objetivo de ninguna manera se logrará aprobando el monopolio chino para un servicio público tan importante. Pero lo verdaderamente relevante no son las consideraciones técnicas de Indecopi, sino el hecho concreto que las empresas estatales chinas son administradas por la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales, que a su vez depende directamente del Consejo de Estado chino, por lo que está bajo el control del Partido Comunista. Sus principales decisiones son adoptadas y ratificadas por Pekín.
Como ya se ha manifestado que, desde 2012 Xi Jimping ha orientado a China hacia una sociedad mucho más dictatorial y estatal. En la que resulta evidente que las decisiones sobre seguridad nacional han sido privilegiadas sobre el crecimiento económico, afectando de manera importante el clima de negocios. Tendencia que se ha traducido en una significativa contracción de la inversión extranjera en dicho país.
Asimismo, hay que tener en cuenta que China privilegia las adquisiciones de activos estratégicos, y dentro de estos últimos tiene una clarísima preferencia por el sector eléctrico. Como lo demuestra el hecho que de todas las empresas que China compró en América Latina entre 2017 y 2021 (por 44.400 millones de dólares), el 71% es del sector eléctrico. Información del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston.
Actualmente estamos en esta situación de indefinición porque el gobierno no ha precisado, menos puntualizado una posición sobre este tema, que claramente se encuentra comprendido en el enfrentamiento entre China y Estados Unidos. Esto a pesar que la presidente Dina Boluarte, y el ministro de Relaciones Exteriores de ese entonces sostuvieron conversaciones personales con los presidentes de China y EE.UU. y sus más altos funcionarios. Desde mi perspectiva, EE.UU. planteó su preocupación sobre la posible incursión de buques de guerra chinos en el puerto de Chancay cuando el proyecto estaba demasiado avanzado, lo que no hacía posible paralizarlo. Sin embargo, todo indicaría que USA podría haber neutralizado dicho problema ahora que todo parece indicar que un consorcio de dicho país lograría la concesión de Corio. Un puerto de inclusive aguas más profundas que Chancay. Y no habiendo concedido a EE.UU. su deseo sobre Chancay, favoreciendo de esta manera a China, el gobierno peruano estaría en mejores condiciones de NO dejar pasar el monopolio del estado chino en la distribución eléctrica, sector por el que China tiene una sobredimensionada preferencia, advirtiendo que el “Partido Comunista Chino” es solamente slogan y su economía asolapada es híbrido y convenido.