Ricardo Sánchez Serra
El galardón que ha recibido el Reino de Marruecos al ser elegido presidente del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es no solo un reconocimiento a la política del Rey Mohammed VI y al Reino, sino una comprobación que la verdad y la justicia siempre se abren paso, frente a la desinformación, “fake news” y difamación de los enemigos de Marruecos.
La elección de Marruecos a la presidencia de ese organismo de la ONU, y por amplia mayoría, representa los valores árabes y africanos, el respeto de Reino a los principios del derecho internacional y en especial a los derechos humanos en todo su territorio, muy en particular a sus provincias del sur y al prestigio de Marruecos en el ámbito mundial.
30 votos a favor de Marruecos y 17 a favor de Sudáfrica reflejan el fracaso de Sudáfrica y Argelia y los terroristas y secuestradores del Polisario para menoscabar la imagen de Marruecos. Maniobra, una vez más, quebrada. Es una demostración que sus campañas de demolición ingresan a un saco roto y que han perdido credibilidad ante la comunidad internacional.