El propósito de la ley aprobada por el Pleno del Congreso el pasado jueves sería asegurar una mayor accesibilidad a los medicamentos genéricos esenciales y establecer medidas de protección para los consumidores. Esta normativa demanda a todas las farmacias y boticas del país que al menos el 30% de su inventario de medicamentos sea de esta categoría. A pesar de ser respaldada por sus promotores, como el presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor (Codeco), Wilson Soto, esta medida sigue siendo objeto de crítica por parte de los gremios que representan a los establecimientos farmacéuticos. A pesar de ser respaldada por sus consumidores.
El Congreso aprobó un texto sustitutorio para esta ley, que ahora permite a farmacias y boticas vender productos sin autorización sanitaria de la Digemid, siempre y cuando tengan el permiso de la Digesa. Estos productos incluyen leche de fórmula, suplementos nutricionales, vitaminas, suero, rehidratantes y agua embotellada.
Principales puntos de la Ley
Una de las medidas destacadas es que las farmacias y boticas deben mantener un stock mensual del 30% de medicamentos genéricos bajo la denominación común internacional (DCI).
En abril, el MINSA amplió el listado de medicamentos genéricos que las farmacias y boticas privadas deben ofertar de manera obligatoria en todo el país. Anteriormente, se incluían 40 medicinas, pero ahora la lista se ha incrementado a un total de 434
“El 16 de marzo, el Decreto de Urgencia N° 005-2024 fue publicado por el Ejecutivo. Este decreto restableció la obligatoriedad para que las cadenas de farmacias y boticas vendan medicamentos genéricos con un mínimo del 30% de su stock diario. Anteriormente, el Decreto de Urgencia N°007-2019 había establecido un plazo que venció el 24 de febrero sin ser prorrogado.
Otra medida destacada en la ley aprobada se refiere a los productos cuya venta está prohibida en farmacias y boticas. A diferencia del texto anterior, el nuevo texto sustitutorio ya no restringe explícitamente la oferta de productos sin la autorización de Digesa (solo con la de Digemid). En cambio, establece que queda prohibida la venta de productos no autorizados por la Autoridad Nacional de Salud, que en este caso corresponde al MINSA.
Aly Carlos Villarroel, líder de la Asociación Nacional de Boticas y Farmacias Independientes del Perú, expresó a un medio escrito la oposición de su gremio hacia la normativa que requiere que el sector privado mantenga un 30% de su stock de medicamentos genéricos, considerando que la lista asociada está mal elaborada.
En relación con la reintegración de productos con registros sanitarios de Digesa, que en la propuesta original de Codeco estaba restringida, señaló que en esencia no hay mucho que rescatar, ya que en realidad se está manteniendo la situación inicial. Es decir, seguirán siendo comercializados dichos productos. El texto sustitutivo de la ley simplemente reitera lo que se había establecido inicialmente.
“Ese derecho ya lo teníamos, no tenemos nada que celebrar ahí. Lo han corregido a raíz de nuestros reclamos, reconocieron que era un error. Algunos lo llamaron error material y otros dijeron incluso que no conocían, como el presidente de Codeco, quien desconocía que había otro agente regulador como Digesa para los productos afines a la farmacia”, expresó Villarroel.
Según el presidente de Anabif, la principal preocupación radica en la extensa lista actual de más de 400 medicamentos genéricos obligatorios para farmacias y boticas. Argumentó que esto afectará considerablemente a los pequeños negocios de este sector en el Perú, si bien los más afectados serán los ciudadanos.
“Lo que nos preocupa es que se mantiene la lista, la obligación. Nosotros creemos que esta ley no nos favorece, nos perjudica, sigue existiendo el mismo ánimo de perjudicar a la pequeña y mediana empresa, que va a desaparecer”, sostuvo el funcionario.
Añadió que la intención de legislar sobre la escasez de medicamentos en las farmacias de los hospitales públicos, los centros de salud y las postas del sector público ya no está en consideración, lo que resultará en la persistencia del problema de la escasez de medicamentos.