Según un reporte del Consejo de Telford y Wrekin publicado este martes, 12 de julio, hace mención que más de mil niños fueron explotados sexualmente y violados durante casi 30 años en Reino Unido y, por parte de las autoridades, señalan que “ignoraron” dichos abusos por temor a que al investigar a los sospechosos, de origen asiático, profundizara las tensiones raciales.
En esta línea, Tom Crowther, quien realizó el informe, detalló que “la naturaleza de los delitos a menudo implicaba lavar el cerebro de los jóvenes para que creyeran que estaban en relaciones significativas, amorosas y recíprocas”, además agregó que “incluso esa aparente de reciprocidad los involucraba en cosas que en el fondo sabían que no querían”.
Por ello, muchas víctimas de violencia no reconocían su situación actual debido a que era una “forma de vida a la que se habían acostumbrado”. Precisamente, la investigación subrayó que los abusadores ejercían “el control manipulador y poderoso” para que ellos explotaran sexualmente contra sus víctimas en Telford.
De igual manera, el informe resaltó que el sufrimiento y la muerte de menores pudo evitarse si la Policía de West Mercia hubiera “hecho su trabajo más básico”, aseverando que la ausencia del control policial alentó a los abusadores a continuar sus acciones. Por su parte, John Campion, comisionado de Policía y Crimen de West Mercia, afirmó que no se puede tener una “absoluta certeza” de que el abuso sexual infantil no vuelva a ocurrir y, por ello, recomendó protegerse de todas las personas sospechosas.