Desde marzo del 2020, todos los centros de salud del país tuvieron una sola prioridad: atender a los pacientes con COVID-19. Si bien fue una medida necesaria, esto generó varios problemas. Uno de ellos fue que se dejara de atender a personas que habían sido programadas para ser sometidas a diversas cirugías.
De acuerdo con una proyección hecha por el Ministerio de Salud (Minsa), “para el año 2023, a nivel nacional, se ha identificado un embalse de 94,628 intervenciones quirúrgicas pendientes, concentrándose la mayor cantidad en Lima Metropolitana, Cajamarca, Arequipa, La Libertad y Lambayeque”.
Las especialidades con mayor requerimiento de cirugías son oftalmología que son más de 24 mil, cirugía general más de 20 mil, ginecoobstetricia más de 15 mil y cirugía de tórax y cardiovascular más de 12 mil, señala el Plan Nacional para atender el embalse de intervenciones quirúrgicas en Hospitales e Institutos de Salud Especializados del Ministerio de Salud y de los Gobiernos Regionales-2023.
Otro grave problema que se detectó es que, de las 134 salas de operaciones en hospitales e institutos de salud de la capital, el 11% –es decir, 15– se encuentran inoperativas.
Además, de los 343 equipos críticos de salas de operaciones –aspiradores de secreciones, camillas de recuperación, electrobisturí, mesa quirúrgica y máquinas de anestesia, entre otros–, solo el 52% –181– se encuentran operativos.
Para llevar a cabo este desembalse de cirugías, el Minsa ha proyectado invertir S/3′402,600. De ellos, S/1′425,800 se destinarán a recursos humanos, S/600,000 a mantenimiento de equipamiento y S/700,000 a mantenimiento de infraestructura.