Marruecos: La clave para la paz y el progreso en el norte de África

Ricardo Sánchez Serra*

Marruecos se consolida como un país de notable relevancia geopolítica, siendo un aliado estratégico de Estados Unidos y manteniendo una relación amistosa con Rusia y otras potencias globales. Su posición privilegiada en el norte de África lo sitúa como un pilar clave para la estabilidad y el desarrollo de la región. En este contexto, el conflicto del Sahara Occidental ocupa un lugar central, y la solución propuesta por Marruecos basada en la autonomía, ha recibido un respaldo creciente y significativo a nivel internacional.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha validado la viabilidad de la propuesta marroquí, relegando las discusiones sobre referendos o libre determinación. Este cambio subraya el pragmatismo y la solidez de la solución ofrecida por Marruecos.

Sin embargo, el conflicto sigue estancado, en gran parte debido a la intransigencia del Frente Polisario y el respaldo estratégico de Argelia, que han bloqueado cualquier avance hacia una resolución definitiva. Esta parálisis solo perpetúa un enfrentamiento que ya debería haber encontrado su desenlace.

La comunidad internacional ha mostrado un respaldo abrumador a Marruecos. Países de diversas regiones han expresado su apoyo a la integridad territorial marroquí, ya sea mediante declaraciones oficiales o estableciendo consulados en ciudades como Dajla. Estos gestos no solo consolidan la posición de Marruecos, sino que también resaltan la aceptación de su propuesta de autonomía como la solución más viable, justa y sostenible para el conflicto.

Por otro lado, el papel de Argelia en este conflicto no puede pasar desapercibido. Su respaldo al Polisario responde a intereses estratégicos como el acceso al océano Atlántico. En este contexto, los saharauis retenidos en los campamentos de Tinduf han sido instrumentalizados como piezas de presión política, viviendo en condiciones deplorables que transforman Tinduf en una auténtica prisión a cielo abierto. Esta situación no solo es una tragedia humanitaria, sino también un obstáculo para el progreso de toda la región norafricana.

La relación histórica y jurídica entre el Sahara y Marruecos ha sido reconocida a lo largo del tiempo, reforzando la legitimidad de las aspiraciones marroquíes. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional actúe con mayor resolución para poner fin a este conflicto. La paz no solo beneficiará a Marruecos, sino que abrirá nuevas puertas para el desarrollo económico y social de todo el norte de África.

Es fundamental que más países, incluido Perú, sumen su apoyo a Marruecos y a su propuesta de autonomía. Este respaldo no solo contribuirá a una solución definitiva, sino que también enviará un mensaje contundente de compromiso con la paz y la estabilidad en la región. La inacción de la ONU no debe ser un impedimento para avanzar hacia un futuro más prometedor. La paz es posible, y Marruecos ha demostrado estar dispuesto a liderar el camino.

Además, Marruecos tiene un papel único como puente entre África, Europa y el mundo árabe, gracias a su ubicación estratégica en el estrecho de Gibraltar, así como su conexión con América. Su relevancia se extiende también al ámbito de la seguridad, destacando su lucha contra el terrorismo y su papel como garante de la estabilidad regional. Como modelo de democracia y estabilidad política, económica y jurídica, Marruecos se ha posicionado como un socio confiable para inversiones extranjeras y cooperación internacional.

Asimismo, su liderazgo en energías renovables, especialmente en los sectores solar y eólico, lo consolida como un referente en sostenibilidad tanto en África como en el escenario global. Marruecos no solo es un ejemplo de innovación y desarrollo, sino también una fuerza impulsora para la paz y el progreso en su región.

*Premio Mundial de Periodismo “Visión Honesta 2023”