Este lunes 7 de abril, los mercados financieros internacionales vivieron un desplome significativo, conocido como un “lunes negro”, debido a las nuevas medidas económicas impulsadas por el expresidente de EE.UU., Donald Trump, quien impuso aranceles adicionales del 50% a los productos importados de China. Esta decisión forma parte de una serie de medidas proteccionistas que Trump implementó desde su regreso al poder en enero de 2025, y que ha generado temores de una guerra comercial global.
Las consecuencias no tardaron en reflejarse. En Asia, los índices bursátiles se desplomaron. El Taiex de Taiwán cayó un 9,7%, Shanghái retrocedió un 7,34% y Shenzhen un 9,66%. El Nikkei 225 de Tokio descendió casi un 8%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong perdió un alarmante 12,5%, según reportó AS.
Este pánico bursátil se extendió a Europa y EE.UU., donde las bolsas reflejaron la incertidumbre global. El Dow Jones en Nueva York cayó más de 1.300 puntos, un 3,77% menos, y las empresas tecnológicas como Nvidia y Apple fueron algunas de las más afectadas.
En respuesta, China anunció contramedidas, imponiendo aranceles adicionales del 34% a los productos estadounidenses, lo que agrava aún más las tensiones comerciales. Esto desencadenó el temor de que esta guerra comercial pueda reducir el comercio internacional, ralentizar el crecimiento económico global y aumentar la volatilidad en los mercados financieros.
¿Qué se espera a continuación?
Los analistas alertan sobre el posible impacto de esta crisis en la economía global. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales siguen de cerca la situación, ya que las tensiones comerciales pueden tener efectos dominó en todo el mundo. Se espera que el comercio internacional y las finanzas globales se vean severamente afectadas si esta guerra arancelaria continúa escalando.
Este tipo de situaciones puede llevar a una recesión global, un período en el que la economía de muchos países se desacelera, afectando el empleo, la inversión y el comercio.