Una práctica muy popular para los ciudadanos en nuestro país es recurrir a los fármacos sin ninguna consulta a un médico especialista, basándose en la experiencia del enfermo o algún consejo por un tercero sin saber el riesgo al que se exponen.
Muchas personas que se automedican no se informan sobre el uso correcto de los medicamentos, los efectos secundarios, la interacción con otro medicamento, precauciones, advertencias o duración del tratamiento. El problema más grave de consultar sus dolencias con un especialista, es que muchas veces podrían confundirse con los síntomas.
También compran los medicamentos sin receta médica y peor aún, no se toman el tiempo para leer instrucciones, precauciones y advertencias. Existe una salida pero siempre y cuando sea por extrema necesidad, «la automedicación responsable», se refiere principalmente a usar remedios de libre acceso, no requieren receta médica y se opone al uso indistinto de remedios sin supervisión médica.
En Perú, el problema que más afecta en la autoprescripción es el suministro de analgésicos, el paracetamol, el metamizol, y el clonixinato de lisina se consumen más de 1 envase por habitante al año. Si le agregamos el consumo de antibióticos y vemos las estadísticas, se deduce que en Perú hay una lucha permanente entre una buena práctica clínica y la necesidad de disminuir el impacto de las resistencias bacterianas.
J.A.A