En la presentación que tuvo la entonces ministra de Cultura Diana Álvarez-Calderón ante la sub-comisión de Cultura, encargada de investigar las irregularidades del MUNA que se construye en Pachacamac, dijo que la razón para construir en esos terrenos –intangibles por declaración de la UNESCO- era que no tenían otro terreno que fuese del Ministerio de Cultura. Una simple búsqueda en Registros Públicos la desmentirá totalmente: estos terrenos y las 464 hectáreas del complejo Arqueológico de Pachacamac pertenecen a la Superintendencia de Bienes Nacionales (SBN) es decir son del Estado. Durante su gestión, de más de un año, nunca solicitó a la SBN que le transfiera la propiedad. Por lo tanto el Ministerio de Cultura (MINCU), tal como haría un traficante de tierras, ocupó un terreno ajeno y construyó en él y ahora seguramente, tal como hacen tantos poseedores ilegales pretenderá “regularizar” la propiedad. Tal vez pueda decirse que por ser del Estado es lo mismo, pero no es así, un ejemplo de esto lo tenemos en los terrenos del antiguo penal San Jorge que al ser desocupado pasó a la SBN y el Poder Judicial le ganó por puesta de mano al Congreso la posesión del terreno y ahora está inscrito a nombre del Poder Judicial.
Este solo hecho invalida todo lo actuado por el Ministerio de Cultura, desde el concurso de ideas arquitectónicas hasta la entrega del terreno y comienzo de la construcción; por lo que debiera dejar sin efecto el convenio y las tres adendas que se firmaron con la UNOPS.
Es importante saber que este convenio es de vital importancia para la UNOPS, pues a diferencia de otras oficinas de la ONU, ellos no reciben una partida para su sostenimiento, solo se mantienen con los ingresos por convenios que consiguen, como cualquier oficina privada de proyectos. La “ventaja” que tiene es que los controles que se deben dar sobre una obra prácticamente desaparecen, pues ellos solo rinden cuentas al contratante, bajos sus términos y sus funcionarios mantiene inmunidad diplomática, es decir no se les puede hacer responsables de nada.
Aquí surge una pregunta: siendo que la UNOPS hizo el convenio para gerenciar el proyecto ¿Por qué no hizo lo primero que hace todo buen gerente de Proyectos? Constatar que el terreno sobre el que se va a desarrollar un proyecto pertenece a quien se lo encarga. Esto ya conlleva una responsabilidad compartida con esta Institución y le sigue en la cadena de responsabilidades el Consorcio Constructor y el Supervisor. “Siempre lo primero que se estudia son los documentos legales, entre ellos los de propiedad. No ser el propietario significa no poder realizar las obras de agua, desagüe y electricidad para cambiar el terreno de rústico a urbano, para obtener la licencia de construcción de la que el Ministerio de Cultura no está exceptuada.
Esta situación prueba además, que nunca hubo un estudio serio de la ubicación más apropiada para el Museo más importante del Perú.
Más grave aún, ningún terreno arqueológico está a nombre del Ministerio de Cultura por lo que actuar en ellos siempre es ilegal, como lo fue la construcción del Museo de Sitio de Pachacamac.
Los grandes problemas técnicos del MUNA PACHACAMAC
El primer problema técnico es el de la ubicación Urbana, todo museo de esta importancia debe ser asequible a la mayoría de la población, solo entre Lima Norte y Lima Este se encuentra el 52.24% de la población de Lima si le sumamos la de Lima Centro y el Callao esta se eleva al 81.56%, que tendrían que desplazarse al sur, por vías congestionadas e insuficientes para llegar al MUNA, la mayoría de la población demoraría entre 2.5 y 3 horas en llegar al MUNA, e igual cantidad de tiempo en regresar a sus hogares ¿Y el tiempo para visitar el museo?. Es por ello que la localización más idónea es la de Pueblo Libre que queda al centro de la ciudad, como puede apreciarse en cualquier plano de Lima.
Otro gran problema es el tipo de suelo que es arenoso y está solo a 10 metros sobre el nivel del mar lo que ha significado cavar 25 pozos, cada uno con una bomba sumergible para bajar la napa freática hasta niveles que permitan trabajar la gran losa de cimentación de 10 000 m2 por 1.50 de alto de puro fierro y concreto especial.
La factibilidad de agua y desagüe fue dada por SEDAPAL con serias restricciones: solo hay agua por horas y el sistema de alcantarillado está trabajando al tope por lo que le ha dado un pozo de agua a 1.6 km. y un buzón de desagüe a 2 km. lo que resulta muy onerosos.
Por otro lado, desde el punto de vista del diseño, de acuerdo al aforo se requieren 554 estacionamiento y el diseño solo contempla 250, por lo tanto le faltan 304, que a su vez afectan el estudio vial dejándolo sin efecto conforme lo informado por la Contraloría.
En estudios comparativos se ha determinado que este museo tiene un costo de 175 millones de soles más que si se hubiese hecho en Pueblo Libre.
Ninguno de los gastos anteriormente señalados se da en Pueblo Libre.
Los grandes problemas financeros del MUNA
Luego de un festinaje de procedimientos para firmar el convenio y las tres adendas con la UNOPS, esto ya probado por la Contraloría y la Comisión de Cultura del Congreso, se transfirió el total de la construcción: 127 millones de dólares a la UNOPS a una cuenta en el JP Morgan Chase Bank de Nueva York; perdiendo el Ministerios de Cultura todo control sobre ese capital, los desembolsos e intereses, prestándose a suspicacias (recuerden los casos de ODEBRECHT) ¿Por qué no se podía mantener en el Banco de la Nación?
¿Porque se hizo el convenio con la UNOPS si eso solo ha traído inconvenientes para el Estado? La UNOPS no es una entidad más rigurosa ni profesional, como lo ha probado su descuido en la parte legal y técnica; además tiende a ser muy generosa en sus contratos; a diferencia del Régimen de Contratación del Estado para obras donde solo se da el 10% de adelanto en efectivo y hasta un 15% contra un cronograma de compras proporcionado por el constructor, la UNOPS ha girado un adelanto en efectivo del 25%, más de 100 millones de soles y solo se ha avanzado en este año que ha pasado 30 millones, los otros 70 millones siguen ganando intereses pero para el constructor, no para el Estado. Igualmente ha procedido con el supervisor, a quien no se le debió dar adelanto alguno (según las leyes peruanas es contra avance de obra) pero se le adelantó 20%, es decir no solo gastos sino también la utilidad.
Como puede apreciarse el MUNA DE PACHACAMAC está lleno de irregularidades administrativas, técnicas y financieras por las cuales la Comisión de Cultura del Congreso ha planteado acusaciones administrativas y penales contra 28 funcionarios y por el mismo camino va la Contraloría –veremos si el nuevo contralor realmente toma cartas en estas investigaciones- esto nos hace preguntarnos:
¿Por qué si el actual ministro Salvador Del Solar sabía todo esto desde diciembre se empeña en continuar con la construcción de este gran museo en un lugar tan inapropiado? ¿Qué intereses hay? Se da la coincidencia que la exministra Álvarez-Calderón –autora del despropósito- es prima de la esposa del ministro, esperemos que esto no tenga nada que ver.
Al saber todas las irregularidades y continuar con la construcción se estaría convirtiendo en cómplice de todas esas acciones por la que se acusa a los 28 funcionarios. Además de no tomar en cuenta la recomendación de la Comisión del Congreso de detener la obra. ¿Qué lo impulsa a ponerse en riesgo de ser interpelado por continuar con una obra evidentemente lesiva a los intereses del Estado?
Otra curiosidad: El consorcio MUNA está compuesta por las empresas españolas OHL y ALDESA CONSTRUCCIONES y la peruana CONSTRUCTORA TP; la primera tiene graves acusaciones en España y México. ¿Hasta cuándo se continuará con esta insensatez?
R.S.S.