Lo que debe saber sobre la renegociación de contratos

Foto: Camisea - Gas natural

La renegociación que plantea el gobierno peruano, uno de ellos el contrato de Camisea sigue la línea de Evo Morales en Bolivia. A continuación, lo que ocurrió allá.

El expresidente de Bolivia Evo Morales es el principal promotor para replicar el fallido modelo que implementó en su país. La renegociación bajo amenaza del contrato para la exploración y explotación del gas de Camisea es el primer paso. Pero para entender las implicancias es necesario conocer cómo funcionó la “nacionalización” de hidrocarburos en Bolivia.

En 2006, con Morales en el poder, se hizo efectiva la nacionalización de empresas vía un decreto supremo que dispuso la transferencia al Estado de “la propiedad, la posesión y el control total y absoluto de los hidrocarburos”. Así se renegociaron 44 contratos y significó el pago de millonarias compensaciones. Fue un esquema de renegociación forzada similar a lo que plantea el gobierno de Castillo.

Entre 1982 y 1985, Bolivia experimentó un proceso inflacionario, por lo que se dieron políticas de estabilización y liberación económica. Cuando Morales llega al poder, Bolivia llevaba 20 años de crecimiento continuo y el Banco Mundial le condonó una deuda de US$1,500 millones. A esto se sumó el “boom de las materias primas” que incrementó el precio de metales, hidrocarburos y derivados. El precio promedio del gas natural que Bolivia exportaba se multiplicó por cinco entre 2004 y 2014.

Las inversiones que el sector privado realizó antes de la renegociación permitieron atender el incremento de la producción. Las exportaciones bolivianas de hidrocarburos aumentaron 700%, al pasar de US$815 millones a US$6,595 millones.

Los hidrocarburos fueron la principal fuente de financiamiento del Gobierno, pero con los años y sin nuevas inversiones privadas en el sector, los recursos y el modelo se agotaron.