Hay tanta diversidad de lectura como novelas, ensayos, manuales, idiomas, entre otros, que en todo el cambio tecnológico la oferta de audiolibros ha crecido enormemente. Este año se llegará a superar los 10 000 audiolibros en idioma español, a diferencia del 2017, esta cifra no superaba los 6000 volúmenes.
Storytel es una de las plataformas más importantes de suscripción de audiolibros a nivel mundial, y según su recopilación de datos, en 2018 se incrementó la base de usuarios en 44 %, según Alex Gibelalde, director general de la empresa en España. ¿Será lo mismo leer que escuchar un libro?
Varios expertos mencionan que la diferencia es muy evidente: «Con el sistema visual podemos dedicar la atención y el tiempo a los diferentes fragmentos de una manera más guiada. En cambio, el sistema auditivo nos ayuda a percibir sobre todo el habla, un discurso que suele ser más corto y conciso que el de un texto escrito», declaró un experto.
Nuestra memoria se esfuerza en estar mucho más alerta, se le conoce como «la memoria de trabajo». Esta nos ayuda a retener la información presente, por ejemplo recordar un número de teléfono. Pero si al principio nos cuesta mucho estar atentos, no desesperemos porque nuestro maravilloso cerebro tiene una perfecta capacidad de adaptarse a todo.
Los audiolibros enganchan tanto al usuario que despierta el ánimo de la lectura constante para toda la vida. «Es bastante probable que si uno tiene una experiencia de entretenimiento y placer emocional, estético o intelectual al escuchar una obra literaria busque experiencias similares recuperando (o descubriendo) la lectura en papel o en digital». Explica Teresa Irribarren, experta en libros digitales y profesora de Arte y Humanidades de la UOC.
«Posiblemente verán cómo en poco tiempo agilizan la fluidez oral, enriquecen su vocabulario, modulan mejor la voz e incluso pueden «entrenar la memoria». Concluye la experta.
Este efecto no discrimina ninguna edad y es muy útil cuando existe algún caso de trastorno, por ejemplo la dislexia.
J.A.A.