En un sorprendente giro de eventos, una inusual cordialidad marcó el inicio de la sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, que actualmente enfrenta uno de los períodos más divisivos de su historia reciente.
Antes de la llegada del presidente Biden, el líder republicano de la Cámara, Mike Johnson, conocido por ser un crítico férreo de la administración demócrata, sorprendió al estrechar la mano y conversar amigablemente con la vicepresidenta Kamala Harris.
Durante el discurso de Biden, Johnson se levantó varias veces y asintió en señal de aprobación, especialmente cuando se mencionó a Ucrania. Este gesto llamativo ocurrió a pesar de que el líder republicano mantiene bloqueado un paquete de ayuda a Kiev en busca de una política más estricta en la frontera. Sin embargo, Johnson expresó desaprobación sacudiendo la cabeza ante las críticas continuas y las referencias a Trump por parte del presidente.
Las tensiones se intensificaron cuando Biden declaró: «Mi predecesor falló en el deber presidencial más básico que le debe al pueblo americano: el deber de cuidar. Creo que eso es imperdonable».
En ese momento, Johnson sacudió la cabeza en desacuerdo. Posteriormente, el republicano Derrick Van Orden aclaró que fue él quien reaccionó así, declarando que si Biden piensa que Trump no cuida del pueblo estadounidense, es una mentira.
A pesar de los llamados del líder republicano a mantener el decoro, la primera parte del discurso transcurrió en relativa calma.
No obstante,la situación cambió cuando Biden abordó los temas fiscales y la inmigración, generando abucheos y gritos de «mentiroso» por parte de la representante Marjorie Taylor.
Conocida por su comportamiento disruptivo, exigió que Biden mencionara el nombre de Laken Riley, una estudiante de enfermería asesinada en Georgia, culpando a un migrante venezolano . Muchos republicanos lucieron botones en referencia a Riley, y Taylor Greene llevó una camiseta que instaba a mencionar el nombre de la joven fallecida.
