Las consecuencias en la salud por el largo período de confinamiento, sobre todo de los primeros cinco meses se reflejan en dolores de espalda y estrés. Efectivamente, en los primeros 150 días hemos soportado el encierro, muchos en departamentos de 60 m2 o menos con el fin de protegernos de la pandemia sin realizar ejercicio alguno, excepto el de cargar pesadas bolsas de víveres para abastecernos de alimentos y permanecer el mayor tiempo posible seguros en casa, y en muchos casos con teletrabajo; produciéndonos dolor en diferentes puntos de la columna.
“La disminución de la actividad física trae como consecuencia rigidez del cuerpo. La falta de movimiento y de ejercicio, la vida sedentaria y el teletrabajo que requiere estar mucho tiempo sentado, junto con la mala postura dan paso a subluxaciones en diferentes puntos de la columna desencadenando el dolor de espalda, por la presión que ejercen las vértebras sobre los discos y nervios que impiden un eficiente funcionamiento del sistema nervioso (entiéndase flujo de señales eléctricas); generando adormecimiento en la zona afectada, y puede extenderse hasta los dedos de las manos o de los pies, formar contracturas o hernias discales que influyen en el funcionamiento de los órganos internos y producen cambios en el estado anímico”; dijo Rosangela Schonardie Kollet (Brasil) Quiropráctico del Centro Quiropráctico Internacional.
Agregó que “sumado a la interrupción nuestras actividades cotidianas, nuestra sociabilización, el contacto físico con nuestra familia inmediata, padres, hijos, hermanos y amigos nos ha generado altos niveles de estrés y generalizado e incrementado notablemente el insomnio”.
Schonardie dijo que “la zona lumbar es muy vulnerable al dolor, está constantemente sometida a esfuerzos, malas posturas, traumatismos, usos incorrectos, defectos hereditarios, sedentarismo, trabajos físicos pesados, conducir o estar sentado durante tiempo prolongado, etc. Desde antes de la pandemia el dolor de espalda podía considerarse por la estadística como un mal endémico: el 80% de la población en algún momento ha tenido dolor producido en columna, el 29% presenta dolores lumbares y el 50% en el cuello y dorso. La emergencia sanitaria tiende a incrementar los porcentajes que de no tratarse oportunamente aumentarán sus dolencias. El 58% de pacientes afectado está entre los 25 y 55 años: Población Económicamente Activa”.
“El tratamiento consiste en ajustes de la columna, tracción, masajes y compresas calientes para corregir la posición de las vértebras con el fin de alinear la columna. El paciente siente un relajamiento general y alivio del dolor de espalda si lo tuviera”; finalizó la destacada especialista. Más información 994 9137 962 en Alcanfores 571, Miraflores.