En septiembre del 2020, Mijaíl de 13 años, presenció la muerte de su madre, Mabel; su padre, Javier; su abuela Flora y su tío, Carlos, quienes fallecieron después de una dura batalla contra la Covid-19.
Con el fin de que estos casos no queden el olvido, la revista The Lancet, publicó en julio de este año un estudio global en el que reveló que, durante la situación más dura de la pandemia un millón y medio de menores perdieron a sus padres, madres o a alguno de sus abuelos.
Sasha, la hermana mayor de Mijaíl, contó a Infobae que después de la muerte de sus familiares el adolescente cambió de personalidad, no quería abrirse con nadie, ni con ninguna de sus hermanas mayores (además de Sasha tiene a Morena (17) Ariana (20) y Mailen de 31 años).
Decidieron llevarlo a terapia, pero no funcionó, Sasha probó con otro especialista; sin embargo, no daba resultado, Mijaíl se negaba a asearse y se encerraba en su habitación durante horas frente a la computadora. Hay días en los que Mijaíl llora y dice que extraña a mamá o a papá, luego pregunta ¿Por qué nos tuvo que pasar esto a nosotros?, cuenta Sasha. Cuando terminó su primaria a fines del 2020 se negó ir a su graduación “Todos irán con sus padres y yo no” le dijo a su hermana.
Los hermanos Ávila pasaron probablemente la peor Navidad de sus vidas, pero Sasha señala que iniciaron el 2021 con una mejor actitud. Mijaíl formó una opinión del coronavirus y fue adaptándose a la situación de la población mundial. Usa la mascarilla, desinfecta todos los productos que se compra y mantiene su distancia con los demás, cuenta finalmente la hermana.
L.R.N.
