LA PALABRA DEL MUDO

Los socialistas, los mesías ateos, pretenden engañarnos vulgarmente con su supina ignorancia, confundir, manipular, la obra de nuestro ilustre escritor, Julio Ramón Ribeyro, con difamaciones y polarizar a los peruanos. Ello es su negocio ¿usted nos da la razón señor presidente, Pedro Castillo con su elocuencia y fluidez verborrea? Miente, miente, que algo queda.

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo.

Periodista: Reg. -4654- 

Cuando la verdad es tergiversada groseramente con falsedad, desvergüenza, hipocresía por la codiciosa desmedida mentira aliado al cinismo exasperado  de los Socialistas del siglo XXI, que se viene mostrando con evidencias visibles, en un  panorama político en vuestro país desde que ganó fraudulentamente las elecciones generales  un grupete de trasnochados de filo proterroristas llamado Perú Libre con  doctrinas vetustas, tóxicas;  como los Marxistas, Leninistas, Maoístas Mariátegusita, Chavistas, que jamás dieron   viso de ejemplos de prosperidad a los países que sufrieron éste deplorable sistema;  al contrario, éste sistema conlleva a los pobres ser más pobres, y ricos a las cúpulas quienes conducen el destino de un país, con un estratagema social de angurria por el botín crematístico del Estado, que ahora pomposamente lo llaman el Pueblo. Estos sinvergüenzas, corruptos que ahora nos gobiernan, como Pedro Castillo, Guido Bellido, y otros secuaces se creen los Mesías del Perú con sus postulados; falsos predicadores, y defensores del Socialismo del siglo XXI.

 Estamos cerca a los noventa días que asumieron al poder, los impolutos de Perú Libre,  pero el aún presidente Castillo Terrones no encuentra el lazo de su sombrero para gobernar, más si ganar tiempo, y espacio para aplicar el Ideario de Perú Libre con todos sus exabruptos fortalecidos por los impresentables, Bellido Ugarte, en el ejecutivo; y en legislativo por Bermejo, ambos incondicionales del secretario general del Perú Libre, el doctor, Vladimir Cerrón Rojas, sentenciado por corrupción cuando fue Gobernador de la Región de Junín.

 Ahora más que nunca no hay que pecar de inocentes, ni cándidos. El profesor Pedro Castillo, y el doctor, Vladimir Cerrón, son el dúo dinámico de la política siniestro del Perú, ambos son siameses del siglo XXI por accidente, orientado por el andamiaje creado por el miserable lagarto de Vizcarra, complementando el siempre ayudín a la comodidad el caviar de Sagasti, y los niños cantores de Juntos por el Perú que lidera VeróniKa Mendoza; amigos de todos, amigos de nadie. 

Ya estamos advertidos, por el profesor, Pedro Castillo Terrones, y el bufón de Bellido, el sendero que nos espera es la Asamblea Constituyente, contraponiéndose al art. 206°. de nuestra Constitución, que textualmente dice: DE LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN. Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número legal de sus miembros, y ratificada mediante referéndum. Puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso superior a los dos tercios del número legal de congresistas. La ley de reforma constitucional no puede ser observada por el Presidente de la República.

La iniciativa de reforma constitucional corresponde al Presidente de la República, con aprobación del Consejo de Ministros; a los congresistas; y a un número de ciudadanos equivalente al cero punto tres por ciento (0.3%) de la población electoral, con firmas comprobadas por la autoridad electoral.

Los demócratas con espíritu guerrero evitemos que no se consolide una Asamblea Constituyente al estilo de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia; tenemos la obligación de combatir ésta nefasta idea que nos quieren implantar vulnerando de manera preconcebido, y deliberada el Estado de Derecho. Si el 19% de sufragantes que, dizque le dieron como ganador a Perú Libre en estas últimas elecciones no representa casi nada al universo de los electores, y estamos a tiempo de dar la pelea con herramientas democráticas y derrotarlos.

No permitamos que, en un país como el vuestro se convierta en paria y rehén de una organización criminal, y los que supuestamente nos gobiernan se queden eternamente para vernos comer los desperdicios de ésta organización que los carcome el odio. Los demócratas buscamos la unión de los peruanos y mantenernos en una estable economía que aún lo tenemos, y un Estado de derecho consistente, e inviolable a los caprichos tozudo de un funesto sistema caduco como el Socialismo del Siglo XXI.