El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció el martes los primeros objetivos climáticos de la Alianza como organización, que exigen una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 45% para 2030, y, a cero, para 2050.
«Para 2030, reduciremos las emisiones al menos un 45 %, reduciendo las emisiones netas a cero para 2050», indicó Stoltenberg en el Foro Público organizado por el centro de estudios Elcano con ocasión de la cumbre que celebran los líderes de la OTAN el miércoles y jueves en Madrid.
El político noruego dijo que la alianza “también tiene la responsabilidad de reducir las emisiones” que inciden en el cambio climático y para ello desarrolló una primera metodología para medir los gases causantes del efecto invernadero que emite la OTAN como organización, tanto a nivel civil como militar. Una metodología, dijo, que estaría disponible para todos los aliados para que pudieran derribarlos.
“Esto es vital, porque todo lo que es medido, puede ser recortado”, comentó. Con esa nueva metodología, la OTAN quiere prevenir dos fases de recortes hasta alcanzar la neutralidad climática en 2050.
“No será fácil, pero se puede hacer”, señaló Stoltenberg, quien reconoció que la transición desde los combustibles fósiles será determinante.
Hay una revolución tecnológica en marcha ahora, y con suerte en el futuro, los vehículos militares más avanzados y el poder aéreo más flexible serán los que no dependan de combustibles fósiles, dijo.
Para el secretario general de los aliados, la guerra que inicia por Rusia en Ucrania «presenta el peligro de una excesiva dependencia de las materias primas por parte de regímenes autoritarios».
Describió «el uso de la energía por parte de Rusia como un arma de coerción», y enfatizó «la necesidad de deshacerse rápidamente del petróleo y el gas rusos».
Además, alertó de que no debemos cambiar una dependencia por otra y se refirió a que muchas de las nuevas tecnologías ecológicas y los minerales de tierras raras que requieren proceden de China.
Por ello, opina que “debemos diversificar nuestras fuentes y proveedores de energía”. Stoltenberg cree que el cambio climático es una «grave amenaza para todos nosotros» y un «multiplicador de crisis» porque un clima más extremo «destruye sociedades y provoca más conflictos».
“El clima es importante para la seguridad, por lo que es importante para la OTAN”, dijo. En este sentido, los líderes aliados en su cumbre adoptarán un nuevo concepto estratégico, el documento en el que basarán sus políticas para la próxima década, y en el que señalarán que el cambio climático es “un reto de nuestro tiempo”.
“Esto significa tres cosas para la OTAN: aumentar nuestro entendimiento, alinear nuestra alianza y reducir nuestras emisiones”, dijo.
Como resultado, la alianza tendrá que observar más de cerca cómo el cambio climático está afectando sus operaciones, desde sus misiones en las temperaturas sofocantes en Irak hasta el frío en el Ártico, incluidos los huracanes cada vez más frecuentes que golpean o se elevan en algunos de sus bases militares o la subida del nivel del mar.
Stoltenberg también advirtió sobre el peligro de crear un «mosaico de sistemas incompatibles» si cada país de la OTAN «sigue su propio camino hacia la seguridad energética y adopta nuevas tecnologías», lo que podría representar un grave riesgo para nuestra interoperabilidad. Además, subrayó en que lograr la disuasión y la defensa creíble sigue siendo un objetivo principal de la Alianza.