El domingo 1 de mayo el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió a los países ricos que «tomen medidas» sobre la emergencia climática mundial, manteniendo su promesa de apoyo financiero a los países en desarrollo.
“Es hora de pasar a los actos. Es hora de cumplir la promesa de los US$ 100 mil millones al año de París”, declaró Guterres en Dakar (capital de Senegal), respecto al compromiso asumido por los países desarrollados, pero aún no es implementado, de destinar este monto a los países del hemisferio Sur a partir de 2020, para ayudarlos a financiar su transición ambiental y las consecuencias del calentamiento global.
Guterres hizo esta declaración después de haberse reunido con el jefe del Estado senegalés, Macky Sall, en el primer día de su gira regional, que le llevará también a Níger y Nigeria.
“La emergencia climática aumenta los problemas de seguridad”, declaró Guterres, en una región del mundo muy tocada por los golpes de Estado militares que, desde el 2020, se vivieron en Malí, Guinea y Burkina Faso.
Por otro lado, el líder de la ONU añadió que los países africanos que no son responsables del cambio climático, son las primeras “víctimas”. Y considera “esencial que la mitad de la financiación climática esté dedicada a programas de adaptación y resiliencia para ayudar a las comunidades vulnerables”.
La promesa de 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020 se confirmó en la cumbre climática internacional de París en 2015. Además, el diplomático portugués también pidió a la junta que gobierna Burkina Faso, Guinea y Malí que impulse y acelere el retorno al liderazgo civil.
Tres países africanos, que luchan contra una insurgencia yihadista en la región del Sahel, han experimentado golpes militares recientemente. Malí lo recibió en agosto del 2020 y mayo del 2021, Guinea en septiembre del 2021 y Burkina Faso en enero del 2022.
Sall preside actualmente el bloque de países del África Occidental ECOWAS, que ha suspendido la participación de los tres países. La ECOWAS impuso severas sanciones a Malí en enero, después de que el régimen se negara a regresar rápidamente al gobierno civil y amenazó con sanciones similares a Guinea y Burkina Faso si no volvían al gobierno civil dentro de un tiempo razonable.