Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg. N°. – 4654 –
La Organización de los Estados Americanos es el organismo regional más antiguo del mundo, cuyo origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington, en octubre de 1889 a abril de 1890. En esta reunión, se acordó crear la Unión Internacional de Repúblicas Americanas y se empezó a tejer una red de disposiciones e instituciones que llegaría a conocerse como “sistema interamericano”, el más antiguo sistema institucional internacional.
La OEA fue creada en 1948 cuando se subscribió, en Bogotá, Colombia, la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951. Posteriormente, la Carta fue enmendada por el Protocolo de Buenos Aires, suscrito en 1967, que entró en vigencia en febrero de 1970; por el Protocolo de Cartagena de Indias, suscrito en 1985, que entró en vigencia en noviembre de 1988; por el Protocolo de Managua, suscrito en 1993, que entró en vigencia en enero de 1996, y por el Protocolo de Washington, suscrito en 1992, que entró en vigor en septiembre de 1997.
La Organización fue fundada con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta, «un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia».
La denuncia efectuada por el gobierno peruano del presidente, Pedro Castillo Terrones, ante la OEA, para aplicar los artículos 17 y 18 de la Carta Democrática Interamericana, su asamblea resolvió por unanimidad enviar una comisión de “alto nivel” para comprobar la denuncia respecto a que el Congreso y el Ministerio Público estarían impulsando un golpe de Estado.
Al parecer ello ha sido un éxito temporal de Pedro Castillo, pero evidentemente el Congreso ha objetado que estarían organizando un golpe de Estado y que sus atribuciones de acciones son constitucionales y son consagrados en la Carta Magna, entre ellas, la posibilidad de recurrir a la vacancia presidencial al lograrse 87 votos.
Al margen de la posición del Congreso, se ha exteriorizado diversas opiniones a raíz de la decisión de la OEA, basadas en que sus principios son: vigilar por el ejercicio de la democracia en todos los Estados Americanos y conquistar el retorno a la democracia de los países que se han alejado de ella como: Venezuela, Nicaragua, y Cuba con gobiernos totalmente dictatoriales, en donde sus ciudadanos viven sin ejercer su libertad y derechos.
En ello, la OEA, no repara la situación calamitosa que el mundo observa el éxodo de millones de familias venezolanas en condiciones infrahumanas y no se considera la intervención de la OEA, resolviendo un fondo de apoyo humanitario, sin embargo, visitarán al Perú, un país con déficit democrático agudizado por el mismo denunciante del gobierno de Castillo.
El país ve como incongruente y afrenta la presencia de la Comisión de la OEA en nuestro país moribundo democrático y que estarían evidentemente apoyar incondicionalmente a Castillo vinculado con el comunista Cerrón, con la justificación de lograr temas de igualdad entre sus ciudadanos y a la vez defenderlo políticamente como un presidente representante de un pueblo oprimido. Pero se olvidan y maquillan maliciosamente las denuncias de corrupción, aduciendo que no están reafirmadas, y por lo tanto no pueden ser usadas para pedir un cambio presidencial.
Ciertamente son suposiciones y en el corto tiempo podremos juzgar positiva o negativamente su presencia de esta comisión de “alto nivel” En conclusiones habrá que esperar, cualquiera sea el resultado los peruanos demócratas estaremos alertos porque el país necesita una patria exitosa con crecimiento económico, con inversiones extranjeras, y crear fuentes de trabajo sin excluir el flagelo de la corrupción que la OEA al mando del señor Almagro debe enfocarse a la dimensión del bosque más no al árbol y deje de transgredir y vulnerar su función como secretario general de los Estados Americanos por ideas socialistas y menos ser cómplice de su camarada, Pedro Castillo Terrones. Los peruanos ansiamos tener un gobierno capaz, con misión y visión.