El volcán “Cumbre Vieja” aun sigue echando lava sin interrupción desde hace más de tres semanas, en La Palma (España), obligando evacuar de sus hogares cerca de ochocientas personas.
Las autoridades han decidido este martes una nueva evacuación ante el avance lento, pero inevitable por el municipio de Los Llanos de Aridane de una de las nuevas coladas, que surgió el sábado pasado.
Miguel Ángel Morcuende, director técnico encargado de la supervisión de la actividad volcánica, el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), ha informado que requerido a los técnicos que realicen un mapa de peligrosidad sobre el camino que puede tomar la lava.
Morcuende, indicó que la cantidad de personas evacuadas puede ser alterarse porque algunos pobladores ya se habían retirado de la zona previamente, días antes, llevándose enseres de sus viviendas en medida que pueda acontecer algo.
María José Blanco, portavoz científica de ese organismo, comentó que en las últimas horas hay un aumento de la señal de tremor volcánico, lo que indica que hay un aumento de contenido del gas en el magma que sale del centro eruptivo.
-Inquietudes en el aeropuerto por las cenizas-
La medida que alcanza las cenizas y gases que lanza el volcán llega hoy a los 3.500 metros, aunque las brisas son favorables a la calidad del aire, mañana pueden llegar las cenizas al oeste y este de La Palma, sobre todo al sur. Además, no se descarta que llegue ceniza fina al sur de la Isla vecina de Tenerife.
Las operaciones en el aeropuerto de la Palma es probable que se vea afectado, como lo estuvo la semana pasada en algunos momentos, y puede hacerlo en el de Tenerife sur, aunque no se espera retrasos en este aspecto hasta el día jueves.
La cantidad diaria de dióxido de azufre que ha emitido el volcán son cerca de 21.868 toneladas y 1.848 de dióxido de carbono, el lunes se registró un gran aumento al superarse los 350 microgramos por metro cúbico de fragmentos, 830 se registraron exactamente.
Morcuende ha indicado que la cantidad de sismos sigue siendo elevada, pero sigue masiva a media profundidad de 10 a 15 kilómetros y superior a más de 20 kilómetros-, indicando que no hay posibilidad para que surja un nuevo centro emisor.
El director encargado, indico que una de las dificultades de la emergencia es la morfología del cono volcánico “es cambiante todos los días, muta continuamente su fisonomía y estructura porque es un edificio inestable”.
Desde que inicio la erupción y hasta el día de hoy, el número de personas desalojadas de sus viviendas se acercan a las 6.000, y hoy se puso fin al confinamiento de unos 3.000 vecinos después de que la lava entre en contacto con una fábrica de cementos, algo que finalmente no sucedió y fue descartado.
Fuente: Perú 21
(X.K.B.O)
