La irresponsabilidad del Populismo

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo

 Periodista: Reg.N°-4654-

La corrupción tiene una consonancia con el populismo, sobre todo en las naciones que pretenden ser emblemas del emprendimiento en la economía nacional e internacional. Angustia la detonante combinación de populismo con corrupción que se evidencia a leguas en burócratas mixtificados, y corruptos que se precipitan al Congreso con ofertas electorales y promesas de campaña embusteras ya sean para ostentar cargos jerarjicos; presidenciales, regionales locales, todos con curricular vite (CV) con prontuarios de documentos abarrotados en las oficinas del Ministerio Público, y el Poder Judicial.

La realidad de nuestro país se trastoca en la Administración Pública donde se ingresa por interés clientelar; ya sea para ceder en sombríos negocios, como; puestos de trabajos, u obtener sagazmente los dineros públicos y apropiarse al servicio de las rentas personales.

 Esto se origina a vuestra complacencia cuando se prefieren engañar, mentir sistemáticamente, y nos esforzamos sin contemplación para conseguir lo que queremos y rematamos que otros tienen la culpa de que no alcancemos el éxito; ello conlleva a unas conclusiones de ser fracasados contumaces. Esta mentalidad y hábitos que tenemos lamentablemente los peruanos son el inicio o -GEN- de la corrupción y el populismo prohibitivo.

 El problema de la deshonestidad es un enigma álgido en vuestro Perú, y esto se enfatiza cuando un populachero te ofrece que vas a vivir a expensa de otro, que te van a regalar con la redistribución; en síntesis, que le van a quitar al que tiene para regalarte, porque él “no lo merece”. Ideología trasnochada del socialismo que se aplica en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, y otros por venir, esperando que se consolide el Socialismo del Siglo XXI, en latino américa  En nuestro país, estuvo a punto de consumarse con el golpista de Pedro Castillo, pero su estrategia funesta fue liberada por patriotas que respetan el Estado de derecho por ende la Constitución del 93, que es cuestionado robóticamente por las ideas añejas de los socialistas que pretenden modificarlo (quieren casa gratis) u otras gollerías populistas.

Como ya es de conocimiento de la opinión pública, el populismo nace porque como país no hemos desarrollado virtudes que permitan la convivencia en vida civilizada y lo peor es que existen en el Perú personas que legitiman estos comportamientos e impiden que seamos un país desarrollado.

No concibo y discrepo firmemente con en el populismo porque no creo que los cambios partan porque otros hagan las cosas, el cambio parte desde que empezamos a transformar nuestra forma de ser en la vida.


Si esperamos a un mesías que va a cambiar todo, sin que hagamos ningún esfuerzo, entramos en la receta segura para la catástrofe económica, política y social, sino miremos lo que sucede en países como Bolivia, Nicaragua, Venezuela…etc.

Y si a esto le adicionamos el complejo de víctima que empuja el populismo, el cóctel es perfecto para el desastre. Todo lo que pasa en nuestro país, a pesar de que tenemos infinidad de recursos, incluso más que los asiáticos y algunos europeos, es culpa siempre de otro país o de las oligarquías nacionales, suena a sorna, pero así son estas lenguas largas y cortos de cerebros.

Esto es lo que el populismo explota en su narrativa y asegura mintiendo groseramente, que si nos ha ido mal en la vida no es culpa nuestra y por ello nos van a regalar, es por esto que la política populista es totalmente insostenible en el tiempo, gasto excesivo, inflación, e hiperinflación.

El populista siempre tiene como aliado al cinismo, y lo enarbolan como símbolo suyo, de la -mentira- porque engañan con descaro y no existe populista que no hable de la desigualdad, pero cuando llegan al poder terminan delinquiendo y la desigualdad se multiplica perjudicando al pueblo que creyó en ellos en su momento con sus ofertas electorales, para muestra un botón; Nicolás Maduro, los Castros, Los Kirchner, Noriega y el fallido, Pedro Castillo Terrones.