La deforestación de las reservas indígenas en la Amazonía de Brasil crece 205%

Según estudios de MapBiomas la pérdida total de vegetación nativa en Brasil en los últimos 30 años fue de 1,1 millones de hectáreas.

Desde hace dos semanas más de 7,000 indígenas están protestando en Brasilia (Foto:EFE)

La deforestación en Brasil aumentó más de un 205% durante el gobierno de Jair Bolsonaro, exactamente esto ocurre en las reservas indígenas en la Amazonía brasileña. Estas cifran han encendido las alarmas en este país, porque a pesar de que estas actividades son prohibidas en estos territorios, puede que sea legalizada con la venia del Legislativo.

Entre 2019 y 2021 las extracciones mineras acabaron con 7.401 hectáreas de vegetación nativa en reservas indígenas de la selva amazónica brasileña, una cifra que prácticamente triplica las 2.420 hectáreas de vegetación que fueron devastadas por el «garimpo» (como se conoce a la minería artesanal) entre 2016 y 2018, durante los tres años anteriores a la llegada del líder ultraderechista al poder.

Asimismo, el garimpo es considerado por los ambientalistas una de las principales amenazas de esta Amazonía, que según ellos está lejos de operar en escala artesanal, justamente por la forma en la que se esta llevando a cabo ya que semeja a las de organizaciones industriales.

Sin embargo, Bolsonaro sigue defendiendo su legalización, incluso en febrero aprobó un decreto donde oficializa el fomento del garimpo en Brasil, especialmente en la Amazonía. Además, también se suma el proyecto que cursa en el Congreso bajo régimen de urgencia, que permitiría la explotación de recursos minerales, orgánicos e hídricos en las tierras indígenas.

Según Bolsonaro, el gigante suramericano «corre el riesgo» de quedarse sin potasio por cuenta de la guerra lanzada por Rusia en Ucrania, por lo que ese país es el principal proveedor de cloruro de potasio en Brasil y permitir la explotación minera en reservas indígenas de la Amazonía resolverá ese problema.

Desde hace dos semanas más de 7,000 indígenas están protestando en Brasilia contra lo que llaman la política antiindigenista de Bolsonaro, por esa razón el Legislativo aún no inicia la votación del proyecto en la Cámara. De igual manera, según estudios de MapBiomas, realizados con ayuda de imágenes satelitales e inteligencia artificial, la pérdida total de vegetación nativa en Brasil en los últimos 30 años fue de 1,1 millones de hectáreas, un área equivalente a un país como Jamaica.

El coordinador de Mapbiomas, Tasso Azevedo, explicó que “Los datos satelitales no dejan lugar a dudas de que son los pueblos indígenas los que están retrasando la destrucción de la selva amazónica. Sin sus territorios, el bosque ciertamente estaría mucho más cerca de su punto de inflexión”.

Por otro lado, el experto explicó a EFE que los árboles absorben la humedad del suelo, a través de la respiración y la evapotranspiración, la liberan al aire y se convierten en ríos a la deriva que mantienen los niveles de humedad en la selva y en todo Brasil. Y si eso se rompe el bosque ya no será capaz de producir la humedad necesaria para que se pueda sobrevivir y el ecosistema se transformará en sabana, parecido a una zona semidesértica.

Según un estudio del Panel Científico de la Amazonía (SPA, en sus siglas en inglés), compuesto por más de 200 expertos de todo el mundo, si se mantienen los índices de deforestación actuales ese punto de inflexión podría llegar antes de 2050.