La baja mortalidad de COVID-19 en China intriga a los expertos

Ha contenido el balance de al menos 5,000 víctimas mortales desde la aparición del COVID-19.

Dos policías con indumentaria protectora completa patrullan por una calle durante un confinamiento debido al coronavirus en el distrito de Jing'an, el 25 de abril de 2022 en la ciudad china de Shanghái Héctor Retamal AFP.

La mayor ciudad de China, intriga a muchos expertos por la baja mortalidad -solamente 190 decesos por más de medio millón de personas contagiadas- de la ola de COVID-19 que registra Shanghái.

 ¿Cuál es el balance?

El gigante asiático ha contabilizado el balance de al menos 5,000 víctimas mortales desde la detección del coronavirus a finales del 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro del país. En cuanto a los contagios confirmados, se elevan a 200,000 casos sintomáticos y 470,000 asintomáticos según los balances oficiales.

Prabhat Jha, epidemiólogo en la Universidad de Toronto, comentó que la mortalidad del brote actual puede ser “un número muy elevado” dado el amplio número de mayores sin vacunar y la baja tasa de eficiencia de los inmunizantes usados en el país.

Shanghái, la ciudad más castigada del país por la variante ómicron, registra una tasa de mortalidad de 0.036%, es decir, 36 muertes por cada 100,000 infectados desde el 1 de marzo.

¿Cuál es la explicación?

China ha seguido una estrategia de COVID cero desde el inicio de la pandemia que se basa en precoces confinamientos cuando se detectan casos y test masivos para identificar a todos los infectados y aislarlos. Este método permite “limitar al máximo” el contagio y “evitar” una saturación de los recursos médicos que provocaría más decesos, indicó el epidemiólogo Wu Zunyou, una de las figuras de la lucha anti COVID en China.

Según esta teoría, la distorsión no acataría a la cifra de mortalidad sino a la de contagios oficialmente detectados, que sería más elevada gracias a su estrategia de combate de la pandemia.

¿Qué parte de verdad?

Una explicación puede ser el criterio, “muy estricto de clasificación de las muertes vinculadas de COVID-19″, mencionó Paul Tambyah, presidente de la Sociedad de Microbiología e Infección Clínica de Asia Pacífico. Según este criterio, las personas con patologías previas que se ven agravadas por el COVID no se incluyen en el balance oficial si mueren después de haberse curado del virus.

“Aun así, sigue habiendo un desfase entre los casos identificados y las personas que terminan enfermas y mueren” del COVID, indicó Baker, sugiriendo que el balance de Shanghái podría crecer todavía más.

Sobre todo en esta crisis en la que el poder comunista ha tratado de presentar su gestión de la pandemia como prueba de la superioridad de su sistema político autoritario frente a los mortíferos balances de muchas democracias occidentales.

¿Casos no contabilizados?

Cotejar el número de decesos por cualquier causa en China desde el 2020 y compararlo con los años precedentes a la pandemia daría una visión más justa de la situación, China se muestra “timorata” respecto a las cifras de mortalidad, afirmó Ariel Karlinsky, asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Pero estas cifras no son públicas y solo fueron comunicadas en detalle a “investigadores seleccionados”, lamentó a su vez.

Y.A.E.LL