Riken Yamamoto, reconocido por su labor que fusiona la arquitectura con las problemáticas sociales, se convirtió en el noveno japonés en ser galardonado con el prestigioso premio Pritzker.
«Los edificios tienen que hacer felices a las personas», declaró el arquitecto japonés Riken Yamamoto este jueves 7 de marzo, apenas dos días después de haber sido galardonado con el prestigioso premio Pritzker, equiparado al Nobel en el campo de la arquitectura.
“Mi objetivo a largo plazo es crear una arquitectura que pueda aportar felicidad a la gente, y no solo a mis clientes”, expresó Yamamoto con evidente emoción durante su encuentro con los medios en Tokio.
Con respecto a ello, los organizadores del premio resaltaron la influencia del arquitecto en la sociedad: «Riken Yamamoto, arquitecto comprometido con la causa social», se esfuerza por forjar «sociedades armoniosas en medio de la diversidad de identidades, economías, políticas, infraestructuras y viviendas».
Por su lado, Yamamoto respondió con ironía: “Oyendolos hablar de mí de esta manera, tengo la impresión de que me resulta posible aceptar que soy un buen arquitecto”, expresó el hombre de 78 años, al borde de las lágrimas.
Yamamoto, reconocido por su labor que fusiona la arquitectura con las problemáticas sociales, se convirtió el martes en el noveno japonés en ser honrado con el prestigioso premio.
Por último, Yamamoto fue escogido “sobre todo por recordarnos que en arquitectura, como en democracia, los espacios deben ser creados por la voluntad del pueblo”, subrayó el jurado.
La mayoría de las creaciones de Yamamoto se encuentran en Japón, aunque también cuenta con algunas obras en Suiza y China.