La acogida del jefe de las milicias del Polisario por España es un insulto hacia todas las mujeres

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Por Aicha Duihi*

Al igual que todas las mujeres saharauis, me enteré con mucha indignación y colera de la noticia del clandestino ingreso al territorio español del criminal de guerra Brahim Ghali bajo una identidad usurpada y con un pasaporte falso emitido por Argelia.

Se trata de un verdadero insulto hacia las mujeres, los hombres y los niños, víctimas de los graves crímenes de violación, violo, secuestro, crímenes contra la humanidad, entre otras atrocidades cometidas por este verdugo, objeto de una orden de busca y captura que ha sido emitida por la Audiencia Nacional que le lleva procesando desde el año 2008.

La decisión de España de acoger a este violador, pese a que tiene al menos cuatro denuncias en su contra, ha causado la indignación de las miles de mujeres y niñas secuestradas y retenidas en los campamentos de Tinduf, en el sur de Argelia, donde viven en condiciones infrahumanas y a la merced de un grupo separatista armado, sin ley y en total violación del Derecho Internacional Humanitario.   

Dicho esto, las razones “humanitarias” que Madrid alega cómo pretexto para facilitar la entrada de este individuo a un territorio europeo, un supuesto Estado de derecho, con una falsa documentación y con mucho secretismo para ayudarle a escapar de la justicia española son inaceptables.  La decisión que tomó España dándole cobijo a este torturador acusado de crímenes de guerra es un acto vergonzoso e irresponsable.

Estas mujeres y niñas víctimas del verdugo Brahim Ghali son extremadamente vulnerables a todo el espectro de la violencia, puesto que Argelia las priva de la protección de sus derechos fundamentales y de cualquier recurso legal para que se defiendan.

Más allá de la responsabilidad de Argelia, quien otorga ilegalmente la autoridad a un grupo separatista armado, España sabe que las mujeres y las niñas en los campamentos de Tinduf son víctimas de secuestro, tortura, violación y esclavitud.

Es el caso de Khadijatou Mahmoud, víctima en sus dieciocho años de una violación cuyo autor no es otro que Brahim Ghali, el mismo individuo que España acoge desde hace más de un mes en su suelo, desafiando su propia justicia.

Cabe recordar que esta situación sin precedentes en lo que respecta al Derecho Internacional Humanitario fue denunciada enérgicamente por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, cuando este organismo expresó, en 2018, su preocupación por la devolución de facto de los poderes de Argelia, especialmente jurisdiccionales, a las milicias del polisario, causando así el calvario de la población secuestrada en los campamentos de Tinduf.

Hoy, desafiando sus propias leyes y el Derecho Internacional Humanitario, España es cómplice de las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos cometidas en los campamentos de Tinduf con el beneplácito de Argelia. También, está en total incumplimiento de sus compromisos internacionales en la lucha contra la impunidad por crímenes de lesa humanidad.

Como activista comprometida con los derechos de las mujeres, llamo al gobierno español a detener sin más demora al verdugo Brahim Ghali, para que finalmente se pueda hacer justicia a sus innumerables víctimas. Ésta es la única forma de restaurar la legalidad.  

  • Presidenta del Observatorio del Sahara para La Paz, el Desarrollo y los Derechos Humanos