La historia de Juan León, es sin duda alguna, un ejemplo de vida para muchos. Y es que a pesar de los obstáculos que el destino le puso en el camino, Juan nunca se amilanó y siguió adelante en todo momento. Hoy, su constancia y perseverancia empiezan a dar frutos y tendrá la gran responsabilidad de representar al Perú en los próximos juegos Parapanamericanos que se disputarán este año en nuestra capital.
Fue a los 27 años que la vida de León tuvo un cambio drástico. El jugar con una lata de combustible muy cerca de una fogata ocasionó que sus extremidades inferiores se quemaran por completo. El fuego se impregnó rápidamente en la tela sintética del buzo que llevaba puesto, lo cual dificultó aún más sus posibilidades de salvar sus piernas.
Las graves quemaduras en sus extremidades obligaron al que el joven se someta a varias operaciones e injertos de piel para poder salvar sus piernas, pero poco a poco dicha esperanza se fue desvaneciendo hasta que los doctores le dieron la terrible noticia que debían amputarle las piernas.
Sin embargo, a pesar de lo sucedido, el chalaco sabía que no podía lamentarse para siempre, y en poco tiempo empezó a vender dulces y pulseras en los autobúses. Hasta que un día la vida le daría una nueva oportunidad.
Un día mientras vendía en un servio de transporte público, recibió la invitación a una piscina olímpica de un profesor de Natación, pues vio en él la actitud necesaria para convertirse en nadador a pesar de su discapacidad. Él aceptó la invitación y con el paso del tiempo fue desarrollando sus habilidades dentro del agua.
Fue ganando experiencia en distintas competiciones e incluso logró la medalla de Oro en un certamen internacional, hecho que le permitió clasificar a los próximos juegos Parapanamericanos de este año. Juan León tuvo un duro golpe en su vida, pero ello no le impidió seguir adelante y hoy hace un llamado a todos los jóvenes para que, por más difícil que se torne su situación, nunca dejen de perseverar en todo lo que se propongan.
E. C. A.