El día de ayer, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, acusó al ministro del Interior, Matteo Salvini, líder del partido de derecha extrema Liga, de deslealtad y obsesión con el tema de la inmigración en el nuevo movimiento de la crisis política en el país.
Salvini prácticamente desplomó a la actual coalición del gobierno italiano al afirmar, la semana pasada, que ya no puede trabajar con otro partido principal del país, el popular Movimiento 5 Estrellas (M5E) y solicitó que se realicen nuevas elecciones.
Aunque en la actualidad la Liga tiene menos sitios en el parlamento que el M5S, el partido de derecha extrema va subiendo en las encuestas de aprobación, así se puede ver en el resultado de las encuestas, que indican que Salvini ganaría las elecciones con un 36 % de los votos. Salvini apostó por su ascenso al poder con el apoyo de otro partido de derecha del país, Hermanos de Italia.
Sin embargo, ahora Salvini corre el riesgo de que ello sea contraproducente, con su voto de desconfianza en el gobierno de Conte en el Congreso. Esto se debe a que el M5S, junto con el actual Partido Demócrata de oposición, impiden votar, y sus miembros discuten abiertamente la formación de un nuevo gobierno de coalición que deja a la Liga y a Salvini fuera.
V.O.Y.
