Israel sostiene que ganar la guerra de siete meses contra Hamás en Gaza, que comenzó como respuesta al ataque del grupo palestino en territorio israelí que dejó alrededor de 1.200 muertos y 250 rehenes, es imposible sin tomar Rafah, y desestima las advertencias sobre posibles consecuencias humanitarias catastróficas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel iniciaron lo que denominaron operaciones terrestres “dirigidas” contra los combatientes y la infraestructura de Hamás en el este de Rafah el 6 de mayo. Desde entonces, tanques y soldados han avanzado gradualmente hacia las áreas urbanizadas del este y el centro, mientras también se mueven hacia el norte a lo largo de la frontera de 13 kilómetros con Egipto.
Un periodista local explicó que el bombardeo obligó a cientos de familias a buscar refugio temporal en el patio de un hospital, mientras las ambulancias intentaban llegar a las víctimas en las zonas afectadas.
Al amanecer, miles de personas se dirigían hacia el norte, hacinadas en autos, camiones y carros tirados por burros y caballos.
“Las explosiones hacen temblar nuestra tienda, mis hijos están asustados y mi padre enfermo nos impide escapar en la oscuridad”, dijo a la BBC el residente Khaled Mahmoud.
“Se supone que estamos en una zona segura según el ejército israelí, pero no hemos recibido órdenes de evacuación como las de la región oriental Rafah”, añadió.
La Naciones Unidas informa que aproximadamente un millón de personas han huido de los combates en Rafah, aunque varios cientos de miles podrían seguir refugiándose allí.
La masacre en el oeste de Rafah
El pasado domingo, un bombardeo israelí causó un gran incendio en un campo de refugiados cerca de Rafah, donde murieron al menos 45 personas, incluyendo mujeres y niños, y cientos más resultaron heridas y han sido tratadas por quemaduras graves, fracturas y heridas de metralla.
Horas antes, Hamás había lanzado ocho cohetes desde Rafah hacia Tel Aviv, marcando los primeros ataques de largo alcance contra la ciudad israelí desde enero.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, el ataque israelí afectó una zona designada como de protección humanitaria, lejos de donde se habían realizado operaciones militares recientes.
Desde ese mismo campo de refugiados, dos jóvenes mencionaron que su única hermana murió horas después del ataque israelí.
Ellos dicen que lo ocurrido el domingo ya es conocido como la “masacre del oeste de Rafah”.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia con el fin de discutir el ataque aéreo israelí.
El lunes pasado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, describió el incidente del domingo como un “trágico percance” y señaló que se está llevando a cabo una investigación para esclarecer lo sucedido.
Desde Rafah, Sam Rose, director de planificación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), criticó la respuesta del primer ministro israelí, afirmando que la situación en Gaza estaba alcanzando “nuevos niveles de horror, derramamiento de sangre y brutalidad” cada día.
“Un percance no es la forma en que describiría algo de esta gravedad. Así describes cuando te equivocas con la reserva de un taxi o de un hotel”, declaró en una entrevista con el programa Today de la BBC. expresó el alto funcionario.
