Irán amplia su eje del mal en el mundo

Ricardo Sánchez Serra

Irán, desde la caída del Shá Mohammad Reza Pahlavi, en 1979, integra el “eje del mal”, junto a Corea del Norte y está considerado como un peligro para la humanidad, debido a que son países que apoyan al terrorismo.

Irán continúa desarrollando armas masivas, quiere convertirse en un Estado poseedor de armas nucleares, subyuga a su pueblo -recuérdese que acaba de reprimir a las mujeres y aplastar a la “primavera persa” y exporta el terror.

Irán destruyó a la otrora ´Suiza del Medio Oriente´, el Líbano, a través de su organización chiita terrorista títere Hezbollah; desestabilizó Yemén apoyando a los rebeldes hutíes, alentó las protestas en Bahrein e incendió la infraestructura petrolera de Arabia Saudita.

Además, se apoderó de tres islas de Emiratos Árabes Unidos en el Golfo Pérsico, cuya reclamación es apoyada por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico y la Liga Árabe. Igualmente interviene en la guerra de Siria y se halla realizando asaltos contra naves que pasan por el Estrecho de Ormuz, incluyendo ataques a Israel.

Desde hace algún tiempo se encuentra incursionando en el norte de África para desestabilizar al Reino de Marruecos, aliándose estratégicamente con Argelia y a su títere el Frente Polisario, a quien le habría proporcionado -hace tres meses- drones de ataque, a través de Hezbollah, quien entrena a los terroristas del Polisario, motivo por el cual Marruecos rompió relaciones con Irán en el año 2018.

“Un informe exclusivo del canal The Defense de i24NEWS reveló cómo el Frente Polisario, que opera desde Tinduf en Argelia, organizó una red ilegal de lavado de dinero a gran escala con sede en España, y cómo el movimiento está vinculado a Hezbolá en el Líbano”, señala i24NEWS.

Irán está extendiendo su telaraña del mal a NorÁfrica, no solo para impulsar al terrorismo, sino igualmente con el narcotráfico. Resulta preocupante que Mauritania ingrese también a este eje, con la visita del canciller iraní, Houceïn Emir Abdoullahyane, a este país y que todavía haya sido recibido por el presidente Mohamed Cheikh Ould El Ghazouani, para dizque “fortalecer el comercio y la lucha contra el terrorismo”.

Sin duda, Mauritania se dispara a los pies porque pronto los chiitas desestabilizarán al país.

El Perú, su Gobierno y su Cancillería, no debe pensar que los tentáculos de Irán están muy lejos. Es más, están muy cerca, en Venezuela y en la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay). Están asociados con terroristas de las FARC en Colombia y los carteles mexicanos de la droga

Demasiado cerca, debido a que más de 100 peruanos han viajado a Irán. ¿A qué? ¿A educarse? ¿A formar células terroristas? ¿A construir redes de narcotráfico? Se habla de una vinculación en el VRAEM de Hezbollah con los hermanos Quispe Palomino.

Y hay que tener más cuidado porque tenemos una Cancillería ideologizada y ciega, que apoya por razones maximalistas -y no principistas- al Polisario y a su ficticia Rasd, en lugar de apoyar a la paz en el norte de África y a un país estable como Marruecos, aliado Occidental. Pronto tendrán que rendir cuentas.