Las intensas lluvias en Puno han dejado serios estragos en la región. Se han registrado más de 1,200 reportes de daños en cultivos, siendo la papa la más afectada con un 37% de pérdidas, seguida de la avena forrajera con un 35% y la quinua con un 12%.
Distritos como Los Vilque y Coata sufren inundaciones por ríos desbordados, lo que ha provocado la pudrición de extensas áreas agrícolas, ha dejado muchos sembríos en estado no apto para consumo humano, dejo decenas de familias aisladas y mas de 80 hectáreas de tierras agrícolas bajo el agua.
Hasta el 5 de marzo se han contabilizado 1,201 avisos al seguro agrario, cifra que se espera supere los 2,000 en las próximas semanas, mientras las brigadas de evaluación inician su labor para gestionar indemnizaciones y se resalta la necesidad de intervención por parte de gobiernos locales y el COER.
Paralelamente, las lluvias en el altiplano han afectado a más de 60,000 puneños, provocando la suspensión del agua potable durante 14 horas en Jayllihuaya. El desborde de ríos, agravado por la reducción del cauce natural realizada por algunos vecinos para ganar terreno, inundó 15 calles, dos avenidas y 40 viviendas, e incluso afectó la planta de tratamiento de agua.
En Juliaca, el río Cacahi desbordó y aisló a 40 familias en la urbanización San Isidro, donde el único puente de acceso se encuentra totalmente inundado, lo que ha generado gran alarma entre los pobladores, tanto por el inminente inicio del año escolar el 17 de marzo y la urgente necesitad de construir un nuevo puente.
Waldir Sáenz Surita, poblador de Pilcuyo en la provincia de El Collao, denunció a la Municipalidad Provincial de El Collao por la falta de medidas preventivas frente a la alerta roja del río Zapatilla, emitida por el COER Puno. según explicó, la inacción de las autoridades y de la oficina de Defensa Civil ha dejado a más de 200 familias afectadas por las inundaciones.

Ante la ausencia de respuesta oficial, los tenientes gobernadores y la comunidad realizaron trabajos de descolmatación del río. Sáenz Surita criticó que, a pesar de las alertas previas, no se han implementado acciones que eviten pérdidas significativas, señalando que ya se han perdido al menos 50 hectáreas de siembras, y advirtió que, de continuar la inacción, podría empeorar la situación, incluso afectando la vida del ganado.