La UNESCO presentó, en Montevideo, el Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), en el cual advirtió sobre las consecuencias del excesivo uso de la tecnología, especialmente de celulares y computadoras, en el aprendizaje de los estudiantes.
El informe, de 433 páginas, se basa en diversos estudios científicos que analizan el impacto de la tecnología y las redes sociales en el aprendizaje de niños y jóvenes. Estos documentos fueron presentados por expertos de la UNESCO y ministros de educación de diferentes países, quienes discutieron los desafíos y oportunidades en esta materia de cara hacia el futuro.
“Durante la pandemia de COVID, las herramientas de aprendizaje a distancia, como internet, radio y televisión, demostraron cuán útiles y necesarias pueden ser en un contexto de este tipo. Sin embargo, también revelaron sus límites”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la organización.
De acuerdo al estudio, el uso de smartphones y computadoras interrumpe la actividad de aprendizaje de los niños y jóvenes, pero no solamente en las aulas, sino también en sus hogares. Para obtener estos resultados, se incluyó a alumnos desde el nivel preescolar hasta el nivel superior en un total de 14 países. El declive se atribuyó principalmente a la creciente distracción y al tiempo dedicado a actividades no académicas durante las horas de estudio.
Restringen el uso de celulares en las escuelas
Según el informe de la organización perteneciente a las Naciones Unidas, estudios realizados en Bélgica, España y el Reino Unido revelaron que la prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas mejora el rendimiento académico, sobre todo en estudiantes con bajo desempeño.
De hecho, a nivel mundial, los datos muestran que el 13% de los países cuenta con leyes para prohibir el uso de dispositivos en las instituciones educativas, mientras que el 14% cuenta con políticas para tal fin.
Estas prohibiciones son más comunes en regiones como Asia Central y del Sur. En Bangladesh, por ejemplo, desde 2011 se impidió a los docentes el uso de móviles en las aulas. Además, en 2017 se extendió la privación a estudiantes y profesores en escuelas y colegios. Asimismo, Tayikistán y Uzbekistán también establecieron normativas para restringir el uso de celulares en entornos educativos.
Sin embargo, algunos países optaron por enfoques más flexibles. En el caso de Australia, una encuesta señaló que dos de cada tres personas prefieren implementar programas de seguridad digital para educar a los estudiantes sobre el uso seguro de los teléfonos móviles en lugar de restringirlos por completo.
“Si bien la prohibición de la tecnología en las escuelas puede ser legítima en ciertos casos, también se debe considerar su integración adecuada en el aprendizaje. Las políticas deben ser claras sobre lo que está permitido y lo que no, y las decisiones deben basarse en evidencia sólida e involucrar a todos los interesados en el proceso educativo”, señalaron desde la UNESCO.
“Los estudiantes deben entender los riesgos y oportunidades que vienen con la tecnología y desarrollar habilidades críticas para un uso responsable, por eso es importante tener una mirada hacia el futuro y estar dispuestos a adaptarse y ajustarse a medida que el mundo cambia”, agregaron.