En el año 2023, la economía peruana sufrió un retroceso del 0.55%, principalmente debido a factores globales que afectaron su desempeño, según el Instituto Peruano de Economía (IPE). Sin embargo, indicaron que se observaron indicios de una mejora en el panorama económico del país. Según las estimaciones del gerente general del IPE y director del Banco Central de Reserva (BCR), Diego Macera, se proyecta un crecimiento del 2.5% y del 2.8% para el 2024 y el 2025, respectivamente.
En ese sentido, Macera enfatiza que un crecimiento del 2% o 3% sería significativo para la economía peruana, aunque se necesitará un crecimiento aún mayor para abordar problemas estructurales como la informalidad y la pobreza. Asimismo, destaca la complejidad de los desafíos económicos que enfrenta el país y la importancia de estrategias integrales para su solución.
Por otra parte, señaló que el sector minero desempeñó un papel crucial en la mitigación de la caída del Producto Bruto Interno (PBI) en 2023, con proyectos como Quellaveco teniendo un impacto positivo y significativo. Sin embargo, a pesar de este desempeño, otros sectores como servicios, manufactura, construcción y agricultura enfrentaron dificultades, lo cual resalta la diversidad y la interdependencia de la economía peruana.
Además, añadió que la situación económica de los diferentes sectores tuvo repercusiones directas en el empleo y la capacidad adquisitiva de la población. La contracción en sectores como la agricultura afectó negativamente la generación de empleo, incrementando las dificultades económicas para ciertos segmentos de la sociedad. En ese sentido, manifestó la importancia de políticas económicas equilibradas y sostenibles que promuevan un crecimiento inclusivo.
Aunque persisten desafíos, para Macera existen señales alentadoras para el futuro económico del Perú. La reducción de la probabilidad de un Fenómeno El Niño fuerte representa una noticia positiva para la estabilidad económica del país, lo que ha contribuido a mejorar las expectativas empresariales y de los consumidores. Sin embargo, señaló que aún persiste un sentido de precaución en el ambiente empresarial y entre los consumidores, reflejando la incertidumbre que aún rodea la recuperación económica.