El 15 de agosto del 2007 a las 18:41 horas, la ciudad de Pisco en Inca, se veía remecida por un sismo de 7.9 grados de magnitud, dejando un saldo de 596 muertos, más de 2,200 heridos y 432,000 damnificados.
Hoy se cumplen 10 años de uno de los sismos más violentos en la historia del Perú, arrasando con Pisco, Chincha y otras ciudades de Ica y Cañete, con una duración de 3 minutos y 30 segundos, su epicentro se localizó en el mar a 40 kilómetros al oeste de Pisco y a 150 km al suroeste de Lima, y a 39 kilómetros de profundidad, lo que generó una alerta de tsunami.
Los intensos trabajos de rescate en Pisco tras el terremoto, se mezclaban con los lamentos de muchas familias que se quedaron en la calle luego de que sus viviendas quedaron destruidas por el fuerte sismo y sus familiares estaban muertos o desaparecidos.
La Reserva Nacional de Paracas ser vio también seriamente afectada, pereciendo numerosos lobos marinos y “La catedral”, formación rocosa ubicada en el litoral, resultó totalmente destruida. En Ica, parte del templo del Señor de Luren colapsó y se desplomaron los templos San Francisco de Asís, la Catedral y San José, así como la capilla del antiguo Hospital del Socorro. Lo mismo ocurrió con el templo de San Clemente de Pisco, que se derrumbó mientras se realizaba una misa.
Cerca de 76 000 vivienda resultaron totalmente destruidas y locales públicos y privados inutilizables, pero a pesar que hasta hoy la reconstrucción de sus carreteras y viviendas continua dándose, aún quedan sectores de Pisco Playa cuyos habitantes no accedieron al bono de la reconstrucción por carecer de títulos de propiedad.
Al sur de Pisco, en la ciudad de San Clemente, donde se ubica el Instituto Superior Público Carlos Medrano Vásquez alberga a más de 300 alumnos y aún funciona en pequeñas casas de drywall. Los cimientos del local quedaron irreversiblemente dañados.
“Ni el Estado está en el derecho de quitarle a este pueblo que sus hijos se puedan educar aquí a bajo costo. Es la única alternativa que tiene aquí el pueblo de San Clemente como educación superior. No tienen otra”, explicó Juan Gavilano, director de la institución.
Pisco e Ica aún aguarda la ayuda del Estado y del Gobierno Regional, ya que tras diez años de este fatídico evento natural, las heridas de los pobladores aún están latentes, debido a la falta de ayuda en diversas zonas de esta región.
A. C
