La vigésima ejecución del año en Estados Unidos fue la de Robert Pruett, un reo que fue condenado por la muerte de un guardia de prisiones en 1999, aunque no se encontraron pruebas materiales que lo incriminen.
Pruett, fue condenado a 99 años de cárcel cuando tenía apenas 15 años de edad y en 1995 a los 20 años fue condenado a muerte por el homicidio del guardia Daniel Nagle en la prisión de McConnell (Beeville, Texas).
El reo fue declarado muerto a las 06:46 (hora local), luego de haber recibido una inyección letal en la prisión de Huntsville (Texas) y sus últimas palabras fueron: «He hecho daño a mucha gente y muchas gente me lo ha hecho (…) He tenido que aprender las lecciones de la vida de la manera más difícil. Algún día ya no existirá la necesidad de hacer daño a la gente. Estoy listo para irme, pero volveré».
Las razones que llevaron a sentenciarlo a muerte fueron una sanción disciplinaria contra Pruett por comer en un área restringida que encontraron en el despacho de Nagle y las declaraciones de varios presos que testificaron en su contra.
Pruett negó la culpabilidad del crimen y aseguró que se trataba de un montaje orquestado por los presos que testificaron en su contra y por guardias corruptos que querían verlo muerto pues estaba cerca de destapar una red de corrupción dentro de la cárcel.
J.R.M