Mick Miners y Jock Wallace, dos pastores de una pequeña localidad en Nueva Gales del Sur, Australia, encontraron en su finca un trozo de chatarra espacial de 3 metros de alto, que más tarde sería identificada por el astrofísico Brad Tucker como posible basura espacial de una misión de SpaceX.
El lunes Mick Miners tropezó con un trozo de metal. “No sabía qué pensar, no tenía idea de lo que era”, “al inicio pensé que se trataba de un árbol”, comentaba el ganadero.
El 9 de julio fueron varias las personas en la zona las que reportaron haber escuchado una gran explosión, e incluso algunas fueron capaces de fotografiar un objeto cruzando la atmósfera que dibujaba una luz en el cielo. Tras ese momento las especulaciones de que podría haber sido basura espacial de un módulo de la nave SpaceX Dragon de Elon Musk comenzaron a crecer. Dicha nave despegó en noviembre de 2020. El objetivo de la nave SpaceX Dragon era abastecer a la Estación Espacial Internacional.
Miners, junto a su vecino Jock Wallace, que también había encontrado algo similar en su finca, se pusieron en contacto con el astrofísico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Australia, Brad Tucker, que puso rumbo a la finca donde los granjeros aseguraban haber encontrado basura espacial.
El astrofísico condujo hasta la finca, donde junto a su cámara documentó el proceso para posteriormente publicarlo en redes sociales. Tucker observó el objeto: “se puede ver claramente la carbonización, lo que se esperaría del reingreso en la atmósfera”. Tucker señalaba que el trozo de metal tenía zonas que podrían haber sido diseñadas para el aislamiento y las altas temperaturas. Podría tratarse de una cápsula del Crew-1 de SpaceX, el primer vuelo operativo tripulado de la nave Crew Dragon, que formaba parte del programa de tripulación comercial impulsado por la NASA.
“Acabo de regresar de Nueva Gales del Sur ¡Estaba ocupado confirmando que partes de una cápsula Crew-1 SpaceX se estrellaron contra una finca”, tuiteaba el experto. La Dra. Sara Webb, astrofísica de la Universidad de Swinburne, coincidía con Tucker sobre la procedencia del objeto, aunque por el momento SpaceX no ha confirmado que el hallazgo se trate de una parte de su nave.
La Agencia Espacial Australiana (ASA) ha evaluado los escombros y está trabajando para respaldar la identificación de Tucker de la basura espacial, colaborando con las autoridades locales y partes de la Commonwealth, según informa The Guardian.
El astrofísico, emocionado por haber podido observar el gran objeto, comentaba que era posible que se tratase de la pieza más grande de escombros documentada en Australia desde que la estación espacial Skylab de la NASA, que cayó en picado a la Tierra sobre Esperance en Australia en 1979.
Hace unos días algo similar ocurrió en el océano Índico, donde cayeron los restos de la nave china Long March 5B. Situaciones así preocupan a la comunidad científica, que subraya la importancia de rastrear los desechos espaciales.