Por Igor Romanchenko
Embajador de la Federación de Rusia
La Gran Victoria combinó muchas victorias militares, políticas, diplomáticas, morales y económicas. Para ninguna nación del mundo el costo de vencer al enemigo no fue tan alto. El resultado más importante de la guerra fue el castigo que se apoderó de los agresores. El fascismo se quemó en el fuego que él mismo había provocado, y este es el desenlace lógico del mayor enfrentamiento militar del siglo XX.
La guerra híbrida y de poder desatada por Occidente contra Rusia, el endurecimiento de la soga de las sanciones económicas: todo esto nos hizo considerar el legado de la Gran Guerra Patria de una nueva manera. Quizá la principal lección de aquel cruento enfrentamiento -la necesidad de consolidar la Gran Victoria- sea completar lo que no se hizo en 1945: acabar con los remanentes del nazismo, que llevaba décadas ardiendo latentemente para convertirse en la quema intencional de disidentes en la Casa de Sindicatos de Odesa y el genocidio de 8 años de la población del Donbás.
La realidad de nuestros días se asemeja a la situación en la que se encontraba la URSS en vísperas de la guerra: si Occidente alimentó a la Alemania nazi como puño para chocar contra la URSS, ahora Ucrania ya ha sido formada como
anti-Rusia; en Belgorod, Kursk, Bryansk, ya estamos viendo los resultados destructivos de la política del Occidente colectivo.
Tal como en la década de los 1930 no se reconoció a la Unión Soviética el papel de principal en la creación de un sistema de seguridad colectiva en Europa, hoy se intenta menoscabar la contribución de nuestro país a la derrota de la Alemania nazi y del Japón militarista. igualar a la URSS en la culpa de desencadenar el conflicto. Así, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en sus declaraciones con motivo del 77 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa “olvidó” mencionar la URSS y la decisiva contribución del pueblo soviético a la Victoria. Hay muchos otros ejemplos del «olvido» de quienes deben su libertad y su paz al pueblo soviético.
Nuestros antiguos aliados no lo hacen por casualidad, sino porque entienden que al borrar la imagen de Rusia como el salvador de la humanidad del nazismo de la memoria de la comunidad mundial, utilizando sin contemplaciones todos los mecanismos de la guerra de la información, podrán finalmente justificar sus acciones para fomentar el conflicto actual, culpando de todo a Rusia.
Queridos compatriotas, amigos, es importante que, a pesar de esta campaña de satanización de nuestro país, hoy nos reunimos nuevamente en el día del 78 aniversario de la Gran Victoria para honrar la memoria de los 27 millones de víctimas de los que aplastaron al nazismo, que legaron que hagamos todo lo posible para que el horror de una guerra global no vuelva a ocurrir. Por primera vez en mucho tiempo pudimos llevar a cabo la marcha el Regimiento Inmortal en las calles de Lima.
Es importante que ustedes recuerdan las lecciones de esa guerra y comprenden la esencia de la situación internacional actual. Es importante que estamos unidos, guardando la memoria de ese Día sagrado para nuestro país y el mundo entero, que somos herederos de una valiente generación de vencedores que dieron su vida por la paz de toda la humanidad.
¡Recordémoslo! ¡La victoria es nuestra!
(Discurso del Embajador de Rusia en la Conmemoración del Día de la Victoria, en la Casa Rusa, el 5 de mayo de 2023)
En dicha celebración se realizó la marcha del Regimiento Inmortal -rusos portando fotos de sus pariente que lucharon en la Segunda Guerra Mundial-, se interpretó canciones de la época de la guerra, se degustó los alimentos que comían los soldados, clase de baile y exposición interactiva.