Gran Shamana: conoce la increíble ciudad de piedra ubicada en la sierra de La Libertad

Desde el distrito de Salpo piden valorar sitio arqueológico y que se pueda determinar su origen de acuerdo a investigaciones.

El Gran Shamana, ciudad de piedra con más de 3 mil años de antigüedad, ubicada en las alturas del distrito de Salpo, en la provincia de Otuzco, región La Libertad. Foto: Luis Puell

Desde el distrito de Salpo piden valorar sitio arqueológico y que se pueda determinar su origen de acuerdo a investigaciones.

En las alturas del distrito de Salpo, ubicado en la provincia de Otuzco, región La Libertad, se erige desde hace más de 3.000 años una impresionante ciudad que desafía los cielos con imponentes murallas. Conocido como el Complejo Arqueológico el Gran Shamana, este enigmático lugar ha perdido su origen y significado a lo largo del tiempo. Aunque su nombre se remonta a la antigüedad, la razón detrás de esta denominación se pierde en el pasado, al igual que sus extensos muros de roca que se extienden por aproximadamente 5 kilómetros.

Ubicado a unos 45 minutos en camioneta desde Salpo, a una altitud de alrededor de 3,800 metros sobre el nivel del mar, el Gran Shamana se encuentra en un lugar donde la falta de oxígeno puede dejar sin aliento, pero también donde la majestuosidad del sitio y los paisajes se combinan perfectamente con el aire puro y los cielos de tonos azules. Para poder llegar a los primeros muros, se debe caminar aproximadamente medio kilómetro cuesta arriba, el camino es un sendero de piedra y concreto construido en la zona por los mismos comuneros con la intención de mejorar su ingreso, sin embargo es la primera afectación que tiene el lugar quien fuera declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el 2006.

En la parte más alta, se encuentra un estrecho pasaje entre dos grandes rocas que solo permite el paso de una persona a la vez. Es un enigma si este pasaje existió siempre o si fue creado por los antiguos habitantes de la ciudad para controlar el acceso al sitio. La falta de mantenimiento del lugar dificulta el progreso y obliga a reconsiderar cada paso. Algunas rocas están cubiertas de vegetación y otras se encuentran desplazadas, lo que aumenta el riesgo de caídas mortales a esta altura

En esta expedición, el arqueólogo Jesús Briceño nos acompaña. Él es el subdirector de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad. Su participación se debe principalmente a la solicitud de las autoridades locales y regionales que buscan preservar y poner en valor para evitar que se siga afectando. Al preguntarle sobre como ve el complejo arqueológico el Gran Shamana dijo lo siguiente.

“El complejo arqueológico el Gran Shamana testimonia el largo desarrollo cultural, que por lo menos, de acuerdo a información que tenemos, este sector sobrepasa los 1000 años antes de Cristo. Cuando miramos el sitio, hablamos de un lugar que fácilmente tiene más 2000 años de historia cultural, historia de ocupación humana que no debemos perder de vista, que incluyendo la actual población local forman parte de ese desarrollo cultural”

Por lo cual él arqueólogo afirma que Shamana cuenta con una poligonal establecida en el que se identifican hasta cinco sectores, y en la mayoría son sitios donde sobresale una arquitectura hecha en piedra y se aprovecha todas las características de las formaciones rocosas, por eso la arquitectura está relacionado con la topografía del lugar. Esta delimitación inicial permitió que se declarase en Patrimonio Cultural de la Nación en un intento por su preservación.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por preservar el sitio, la población local está contribuyendo a su destrucción al expandir sus áreas agrícolas y ganaderas, e incluso construir infraestructuras modernas en la zona intangible. Además, se necesita llevar a cabo una investigación exhaustiva para determinar a qué cultura pertenece el sitio, cuántos grupos humanos lo habitaron a lo largo de los años, las razones detrás de su abandono, su cosmovisión, estilo de vida, dietas y pasatiempos.

Finalmente Briceño destaca que este sitio tiene un potente recurso turístico, pero pide no dejar de mirar el aspecto natural, todas especies vegetales que han convivido muchos siglos con estos grandes muros de roca y que ahora forman parte de un todo. “Aquí no se trata solamente de descubrir el muro, pues al descubrir eso, no estamos teniendo en cuenta el valor de las especies naturales que muchas de ellas aún no son conocidas por la ciencia. Por eso estamos trabajando con los especialistas botánicos, para proteger y establecer una política de que el patrimonio cultural no esté separado del patrimonio natural”, argumentó.