Tras la perdida de casi un millón de soles diarios, la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (AGALEP), realizó un paro nacional y su primera movilización al Congreso de la República a las 9 a.m. de este miércoles 2 de febrero. Ellos exigen apoyo del apoyo del Estado y el cumplimento de su promesa de campaña del presidente Pedro Castillo.
Así pues, la asociación pide al Estado que la ganadería y agricultura familiar se declaren en emergencia y que la leche evaporada sea producida a partir de leche fresca como se hace en todo el mundo.
“Actualmente, las empresas lácteas pagan 1 sol por litro de leche fresca a los ganaderos peruanos. Ante el incremento del precio del alimento de las vacas en más del 70%, solicitamos que las grandes industrias lácteas nos paguen 2 soles por litro de leche al igual que pagan por kilo de Leche en polvo importada. En una economía social de mercado no puede permitirse esta discriminación en perjuicio del productor nacional”, señaló Nivia Vargas, presidenta de AGALEP.
En cuanto a las empresas privadas dieron plazos no mayores de 15 días para dejar de comprar leche, muchos de los ganaderos tuvieron que vender sus animales para buscar nuevas formas de trabajo para vivir.
“Rechazamos el uso de la imagen de los ganaderos para fines eminentemente comerciales de la industria láctea. Ningún ganadero es socio de la industria privada, que paga por la leche importada el doble de lo que paga por la leche nacional. Hace 15 días en Cañete el grupo Nestle dejó de acopiar 24 mil litros de leche porque prefieren utilizar la leche en polvo”, añadió Vargas.
Por ello, los representantes de la asociación se reunirán con la Comisión Agraria para pedir al presidente de la República, Pedro Castillo Terrones; que tome cartas sobre el asunto del daño que se está generando a cientos de familias ganaderas de Cañete.
“Pedimos al gobierno que intervenga para que de nuevo empiecen acopiar la leche, que es una actividad que los cañetanos tiene desde hace quince años y 235 familias ganaderas se quedarán sin trabajo”, agregó Nivia Vargas.
Como es normal, los lecheros solo buscan ser reconocidos y valorados por su trabajo ante las grandes compañías privadas que residen en el territorio peruano. Siendo remunerados con justicia por el servicio que ofrecen a millones de personas en el Perú.
“No tenemos contratos de compra venta, los análisis de leche se hacen en las empresas siendo juez y parte de los resultados que nos imponen unilateralmente. Y si sumamos a ello un Estado que no nos protege, entonces no vemos otra salida que marchar para exigir nuestros derechos”, finalizó Vargas.
En consecuencia, las movilizaciones seguirían llevándose a cabo en diferentes regiones del país a lo largo de la semana, si no reciben respuesta por parte de las autoridades, seguirán apelando por un trato justo. La extinción de la ganadería lechera y el trabajo de más de 17 mil ganaderos estaría en las manos de la pronta respuesta del Estado.