El ministro del ambiente, Gabriel Quijandría señaló que el desastre ecológico ha sido provocado por una cadena de errores donde todos ha fallado. Desde la Marina de Guerra por no advertir los oleajes anómalos tras la erupción del volcán en Tonga hasta la respuesta de Repsol luego del derrame
El exministro del Ambiente menciona que ha habido una falta de capacidad para poner en funcionamiento inmediato el plan de contingencia que por ley esta refinería ha debido tener. “No creo que no haya un plan, aunque se están demorando mucho en hacerlo público y en poder mostrar cuál es la secuencia de acciones que hay que llevar adelante”, acotó.
El alcalde Ventanilla hace poco dijo “no sé qué tengo que hacer”, para Quijandría esto es una clara muestra de la falta de transparencia. “Nadie hasta ahora se le ha acercado a decirle al alcalde que los puede ayudar en esto o esto, pero no se meta en esto porque es algo especializado, riesgoso. No ha habido una capacidad de conducción, alguien que asuma la responsabilidad y que dirija a todos los que tienen que participar o quieren hacerlo”, aseveró.
El hoy director de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de Sudamérica, considera como excelente que se haya dado la instalación de un comité de crisis, pero según su punto de vista que se de cinco días después es preocupante.
Consultado sobre si Repsol contaba o no con un plan de contingencia, “yo pienso que el plan de contingencia está escrito y puesto en algún lugar visible, pero pensaría más en que lo que ha fallado es la capacidad de reacción inmediata, recordar qué es lo que le toca hacer a cada uno en el momento en que se activa una emergencia como esta”, opinó.
“Aquí hay un símil con el tema de los sismos, si uno no hace simulacros, de nada sirve que tengas el mejor plan. Pienso que la empresa no ha estado haciendo estos simulacros con la frecuencia debida y no ha estado preparado para responder e implementar su propio manual. Ayer Repsol ha dicho que tienen 700 personas operando en la limpieza, pero no se ven. No sé dónde están esas 700 personas”, aseguró.
El sociólogo sostiene que lo se le debe exigir al gobierno, en primer lugar, es transparencia absoluta sobre la dimensión del desastre. Segundo, una estrategia de respuesta la cual no se quede corta, declara que es necesario tener la capacidad para sentarse a la mesa con la empresa y discutir la respuesta inmediata a la emergencia.
Para él esto debe servir para partir construir una mirada mucho más comprometida por parte de la sociedad peruana.
“Esto que estamos viendo hoy en Lima, perder el verano 2022, es lo que viven prácticamente todos los días cientos de comunidades en la Amazonía peruana desde hace 50 años. Experimentándolo ahora en carne propia espero haya una mayor sensibilidad de estas situaciones” puntualizó.