Una mujer musulmana, fue obligada a abandonar la piscina de la residencia donde se hospedaba, ubicada en la localidad de La Ciotat en el sur de Francia, luego que el dueño le reclamara por usar ropa “inapropiada” para nadar, además le exigió que abonara los gastos de desinfección y una compensación por el hecho de que el lugar hubiera quedado inhabilitado durante dos días.
Según declaraciones de un diario local, el pasado mes de julio, la mujer se alojó durante tres semanas junto con su esposo y sus tres hijos en una residencia privada con piscina. El primer día se bañó sin problemas con sus hijos vistiendo esta prenda islámica que cubre el cabello y el cuerpo, a excepción de los pies, las manos y la cara. Sin embargo al siguiente día, al disponerse a hacer lo mismo con una de sus amigas, el vigilante le pidió de malas maneras que se fuera del lugar.
«Me quedé sin habla porque nadie me había llamado la atención ni dicho nada», contó la angustiada señora.
Además, manifestó que pese a no cambiar el agua de la piscina, ni desinfectarla, el hotel le retuvo un depósito de 409 euros, destinados para ese fin.
N.R.C.H