Un grupo de amigos, con una historia no muy diferente a otros grupos, emerge entre los escombros realizando la entrega de su primer álbum de estudio, el cual capta el espíritu de un momento y lugar que vuelve a la casilla de salida, el big bang del rock que se ha visto en muchas bandas de la escena como Artic Monkeys, The Strokes, Oasis, The Stone Roses, Guns N’ Roses, The Jesus & Mary Chain, The Smiths, Joy Division, Sex Pistols, The New York Dolls, The Velvet Underground y un largo etc.
Y es que sí, es muy pronto para aventurarse a decir que Fontaines D.C. vaya a entrar en tan selecto grupo. La perdurabilidad depende de otros factores, mas el espíritu, el fulgor, la víscera, ese nosequé lo tienen. Estos cinco chicos que ingresan al mundo de la música son de Dublín (Irlanda) y lo dejan más que claro desde su mismo arranque con el tema Big: «Dublín bajo la lluvia es mía/ una ciudad preñada con una mente católica/ Mi infancia fue pequeña/ pero yo voy a ser grande». Su ciudad, así como la de The Strokes es Nueva York o de Joy Divison y The Smiths con Manchester, está tan presente en sus canciones que casi se pueden leer con un recorrido psicogeográfico por ella y las emociones que transmiten desde su mismo título por la literatura.
El guitarrista Carlos O’ Connell contaba a Mondosonoro en una entrevista reciente que dogrel es básicamente un género de poesía irlandesa de hace un par de siglos, incluso de principios del siglo XX y que es una poesía como muy repetitiva, simple y coloquial. Normalmente se recitaba sobre todo en bares. La gente se recitaba sus poemas unos a otros. Muchas veces los críticos utilizaban la palabra en un modo peyorativo para describir de forma negativa un poema nuevo. Somos muy fanáticos de Dublineses de James Joyce, y todas las letras de sus canciones son verso dogrel. Era una palabra que recogía bastantes de las influencias del grupo.
Con respecto a su sonido de inquieta tensión post punk, las palabras de Dogrel (¡magníficas letras todas de principio a fin!) exponen emociones en combate permanente las unas con las otras: rabia inteligencia, melancolía, sarcasmo, beligerancia moral, desazón, confusión, insolencia, desorientación y, por supuesto, romanticismo. La historia se repite, y todo vuelve a ser como aquella primera vez, cuando la sangre ardía eléctrica y solo querías salir a las calles a gritarlo con el puño en alto.
W.S.S.
