Volverá a presentarse. El día de mañana, el ex congresista fujimorista, Joaquín Ramírez, acudirá a las oficinas del Ministerio Público para brindar sus declaraciones frente a las acusaciones que presenta en su contra por el presunto delito de lavado de activos, esto, luego de que Sara Vidal, fiscal adjunta del caso, encontrara inconsistencias en los informes presentados por la lidereza de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Todo inició en 2014, cuando a pedido de la entonces procuradora de Lavados de Activos, Julia Príncipe, se abrió una investigación en su contra por poseer «un inmenso patrimonio inmobiliario al que se suman millonarias inversiones y acciones que no guardan relación con sus ingresos iniciales, como cobrador de transporte público».
Y es que las verdades saltan a la vista, ya que, en conjunto con su esposa, el ex secretario general de Fuerza Popular posee 30 inmuebles y 34 automóviles que fueron adquiridos a través de sus empresas. Además, cuenta con dos departamentos en Miami valorizados en 2,5 millones de dólares.
«A los 24 años abrí la primera empresa porque gané algo de platita cuando empecé a vender vehículos», fueron estas sus palabras ante los medios de comunicación, quien se adjudica sus millones gracias a la compra y venta de automóviles usados, pasando de ser un cobrador de combi a un millonario.
Como se recuerda, la fiscal Sara Vidal ya había citado a Keiko Fujimori en junio del presente año para que aclarase el origen de las grandes cifras de dinero, que oscilan entre los 7 millones de dólares, que posee Ramírez. Sin embargo, sus respuestas no la dejaron satisfecha.
I.P.B
