Festividad por el Día de la Madre mostró desigualdad en restaurantes por cada región

Asociaciones plantean mejores estrategias por región para la atención del usuario en próximas festividades.

Las ventas de comidas en el Día de la Madre dejaron un 40% más en ganancias, en comparación con el 2020.

El pasado domingo se celebró el Día de la Madre y es el segundo en el contexto de la pandemia, y para el vicepresidente de la Asociación de Restaurantes y Afines del Perú (Armap), Josué Balta, el balance fue positivo porque las ventas de comidas dejaron un 40% más en ganancias, en comparación con el 2020.

Sin embargo, el especialista aseguró que antes del estado de emergencia nacional los negocios de este rubro podían recaudar hasta tres veces más ese monto. Entonces, sugiere que esto sirva de experiencia para ser aplicadas para el Día del Padre, en junio próximo.

“Hemos visto, a través de nuestros asociados, que las ventas se han podido efectuar de manera más eficiente sobre esta misma cadena de distribución que los negocios ya tienen desarrollados. Ha sido mejor que el año pasado”, indica.

Además, pide que se haga recorte en el IGV, que los aforos lleguen al 70% y para mejorar la seguridad de los locales de comida sería bueno usar las calles, esto para un mejor servicio.

De otro lado, el vicepresidente de Armap explicó que en provincias la situación es más complicada porque la carta que ofrecen depende del turismo.

En ese sentido, el presidente de la Asociación de Restaurantes de Puno (Artysa), Óscar Peña, afirma que los locales de venta de comida han decidido prescindir de platos típicos del lugar para no generar pérdidas e incrementar ganancias.

“El puneño no come carne de alpaca y en estos días tampoco puede consumir quinua, por su alto precio. Los campesinos nos ofrecen, pero ya no podemos comprarles”, explica.

Asimismo, Peña señala como injusta la competencia que se viene generando en los mercados contra los restaurantes formales, porque en estos centros de acopio no hay fiscalización en cuanto al aforo y por ello son los responsables de que cuatro provincias de la región como Puno, San Román, Melgar y Yunguyo ingresen a riesgo extremo.