Se acaba el año y llegó el penúltimo feriado del año para conmemorar, como todos los años en muchas partes del mundo, desde 1854, hace 166, el Día de la Inmaculada Concepción: La madre virgen de Jesús que nunca llegó a cometer el pecado original, quedando así, desde su concepción, en libertad de todo pecado y culpa, según cuenta la religión católica.
Fue en el año de 1854, en la ciudad de Roma desde la mismísima basílica de San Pedro, que el Papa Pio IX lo declaró así con estas palabras: “Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que dice que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios”.
El día se declaró en esta fecha debido a que el nacimiento de la virgen fue, según la Iglesia Católica, el 8 de setiembre y para calcular su concepción, le restaron nueves meses donde terminó siendo el 8 de diciembre.
El Perú celebra este día y lo hace como NO LABORABLE, pero no fue el primero que lo celebró. El primer país que festejó esta fecha viene desde Europa y es España, donde además de religioso, es bélico (de la guerra). Otras naciones que también lo hacen son: Colombia, Venezuela, Argentina, Paraguay, Chile, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Panamá, México, Estados Unidos, Italia, Francia, Portugal, Japón, entre otros.
F.O.
