Fake news de la guerra en el Sahara

Algunos medios o las llamadas fake news están desinformando el problema con argelia.

¿Qué está pasando en las últimas semanas en el Sahara? Pregunta que se lleva haciendo desde que se anunció, por parte del Polisario, la ruptura del alto del fuego que fue acordado con Naciones Unidas en 1991. Observando varios “partes” de guerra del frente, reportes cotidianos de la prensa oficial argelina y algunos blogueros y/o “periodistas” españoles, conocidos por su interés puramente personal en dar una visión sesgada de la realidad, cualquiera diría que estamos ante un conflicto armado de gran escala, comparado con las tragedias del Yemen, Siria o Irak.

Lo curioso es que, salvo las sospechosas fuentes citadas arriba, ninguna agencia internacional seria (AFP, Reuters, AP, entre otras) ha informado sobre esta supuesta “guerra”, ni envió a su corresponsal a cubrir un conflicto bélico en una región de suma importancia geoestratégica.

Lo único que hemos visto es un desinformado “corresponsal” de la televisión oficial argelina haciendo el ridículo, sin casco, y detrás de él, una camioneta lanzando fuego de una metralleta, unas fotos de puestos de las milicias derrumbados con una placa de STOP dentro y unos reporteros oficiales argelinos detrás de una camioneta ¡Qué ridiculez y que bajeza de la televisión oficial argelina!

Por otra parte, se ha esperado con impaciencia el informe de la MINURSO, Cascos Azules de la ONU que mantiene el alto el fuego en el Sahara, sobre el número de los fallecidos y heridos en esta “guerra”, así como una condena o llamamiento por parte del secretario general de la ONU o de las potencias instando al “alto el fuego” y no se ha leído nada hasta el día de hoy.

Se esperó también una declaración, comunicado o hasta un tweet de las cancillerías de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad o de alguna organización regional como la Unión Europea, la OEA, ASEAN o la Unión Africana sobre el conflicto bélico y tampoco hubo pronunciamiento en este sentido.

Por todo ello, la respuesta a esta ingenua pregunta es tan evidente y tan incuestionable que se puede escribir en mayúscula: en el Sahara no está pasando ¡Nada!

Sin embargo, en el Sahara marroquí sí están pasando cosas muy importantes; en las provincias del sur de Marruecos existe un plan de desarrollo global de la región valorado por 8 000 millones de dólares que su 70 % ya se ejecutó, existe la libertad de expresión, la libre circulación de personas, ejercicio de la democracia, salud, educación, formación, respeto a los derechos humano, etc, factores que brillan por su ausencia tanto en los campamentos de Tinduf como en casi todo el territorio argelino.

Lo único que se ha leído estos días es la visita de la delegación estadounidense-israelí a Marruecos y la firma de un comunicado conjunto y varios convenios de cooperación entre los tres países, que demuestran la seriedad de esta alianza estratégica que se reforzará aún más con la visita que realizaría el presidente electo Joe Biden a Marruecos en los próximos meses, que sería la segunda al país norafricano, después de la que efectuó como vicepresidente en el 2014.

Lo único que se leyó también, es la cascada de países europeos, asiáticos y hasta algunos países latinoamericanos que abrirían sus consulados generales en las ciudades del Sahara de Layounne y Dajla en el 2021, los intereses cada vez más reforzados que tiene China con Marruecos en el Sahara y en África en general, o la visita del director general de Pesca de la Federación Rusa firmando un acuerdo pesquero que integra las aguas territoriales del Sahara marroquí. 

Las consecutivas derrotas diplomáticas del régimen militar de Argelia, que su aparato diplomático trabaja de manera exclusiva y obsesionada en el tema del Sahara (a pesar de no ser parte como ellos dicen) y el knock out de la decisión de Estados Unidos de reconocer la soberanía de Marruecos en su Sahara, destapan la agonía de un régimen completamente sin rumbo, deambulando en la oscuridad más tenebrosa con dirigentes moribundos y desconectados con la realidad de la juventud argelina.

Las preguntas que debería hacerse hoy en día:

¿Hasta cuándo van a seguir secuestrados los saharauis en los campamentos argelinos de Tinduf?

¿Hasta cuándo la tiranía de los dirigentes argelinos y su títere del Polisario en seguir bloqueando la salida a este diferendo regional que dura más de 45 años?

¿Evolucionarán los dirigentes argelinos y mirarán en beneficio de sus conciudadanos y a favor de la construcción del Gran Magreb Árabe? 

A nivel regional ¿quiénes son los países pioneros que darán ese paso al frente, como hizo Estados Unidos, y evolucionarán su posición sobre el Sahara a los cuales se les abrirá un nuevo mercado de más de 50 países y 1 500 millones de habitantes? 

Por el bien de la paz, la seguridad y el desarrollo de África las preguntas deben ser respondidas cuanto antes con espíritu realista y positivo. La humanidad espera.